Sólo quien no hace nada no comete errores




Interesante extracto de una conferencia de Ricardo Salinas Pliego, propietario del Grupo Elektra y Televisión Azteca en donde un joven la hace una pregunta que cambia la perspectiva de lo que usualmente espera uno escuchar de un hombre de negocio en relación con su historia acumulada de éxitos.

Si se toma en cuenta que en ocasiones los éxitos son fortuitos, escuchar la historia de fracasos de un hombre cuyo saldo final es que ha ganado más que perdido es interesante y aleccionador.

En primer lugar, porque en todos lados “se cuecen habas”, es decir, entre mentes brillantes y personas acaudaladas también se cometen errores que proporcionalmente serían similares al de un emprendedor al intentar crear una empresa en la sala de su casa.

En segundo lugar, porque lo toma de buen talante y hace una explicación que puede ser muy motivadora para los jóvenes emprendedores que lo escuchan: si no te equivocas es porque no estás intentando nada, sólo comete errores quien lo intenta.

Narra una historia, que como el dice a contado varias veces, respecto a los riesgos que corrió al comprar Televisión Azteca y como las circunstancias lo llevaron a hacer una sobreoferta para garantizar la adquisición de esa, en ese entonces, maltrecha y amañada empresa, pero aclara algo importante, puso todo su patrimonio en ese intento, de modo que si hubiera perdido habría sido una quiebra absoluta.

Ricardo Salinas es amigo de una persona que era mi jefe en los tiempos de la adquisición de Televisión Azteca y recuerdo que se contaba la historia de que cuando alguien le preguntó por qué había decidido pagar más de lo que el gobierno solicitaba, el respondió que quería estar seguro de que su oferta sería ganadora, lo que al paso del tiempo mostró que su pasión tendía fundamentos.  

Su historia no es muy diferente al de muchos emprendedores que logran permanecer en los negocios: fracasos constantes, creer apasionadamente en sus proyectos y levantarse, sacudirse el polvo del fracaso y seguir adelante volviéndolo a intentar para que tarde o temprano el esfuerzo empiece a dar frutos. 

El futuro no pinta bien para el país, los retos son complejos pero tenemos las fortalezas para salir adelante, como nuestra propia identidad, y productos originales que son el reflejo de nuestras características de originalidad, rudeza y presencia como el encino nacional o mexicano o el tzalam

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