La mercadotecnia alternativa empieza con el consumo rebelde



Es bastante ingenuo esperar que la gente se arriesgue a consumir productos y servicios no dominantes y conocidos en el mercado, si nosotros mismos no estamos dispuestos a hacerlo.

A pesar de que llevo decenas de años siendo testigo de este fenómeno, el embeleso de las marcas mundiales me tiene realmente sorprendido. Se puede decir que los medios masivos de in-formación han  cumplido muy bien su misión, aun a costa del bolsillo del consumidor.

Las plazas comerciales, las franquicias y las tiendas de marca mundial se ven repletas y prósperas, no obstante sus altos precios, mientras que las pequeñas tiendas tradicionales lucen por su tristeza  y abandono.

Y esto ocurre en muchos rubros: farmacias, restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa, incluso talleres para auto.

El tema del precio, tan importante en una sociedad con ingresos limitados no es relevante para que la gente  consuma estos productos. Un café, por ejemplo puede venderse en más de 10 veces su valor, sólo porque se ofrece en una tienda que te da a los consumidores la sensación de ser personas de mundo  y con acceso al ambiente Jet Set tan apreciado por las revistas de sociedad.

Por supuesto que los productos y servicios que ofrecen muchos empresarios pequeños y medianos dejan mucho que desear. Debido a que venden cada vez menos, caen en la trampa del precio bajo, vender lo más barato posible aunque se tenga que sacrificar ganancias y calidad. El resultado es visible en todas las calles, empresas agonizantes sucias, con productos que nadie quiere consumir, empleados desmotivados y tiendas vacías. Está claro que nadie va a luchar las batallas que le corresponde afrontar cada quien. Si estos empresarios avizoran un futuro negro, lo lograrán, no hay mucho que hacer al respecto.

Pero esto no nos quita nuestra responsabilidad en el consumo. Si creemos que podemos desarrollarnos como empresarios tenemos que entender cómo obtener oportunidades en un mundo dominado por marcas mundiales y empresas gigantescas apoyadas por un aparato de mercadotecnia impecable e implacable.

La buena noticia es que hay empresarios con mucho empuje que son creativos, innovadores y que satisfacen con grandes diferenciadores las expectativas de sus consumidores. Ellos se enfrentan a esta enorme maquinaria de organización, mercadotecnia alternativa y ventas, sin recursos.

A estos empresarios podemos apoyarlos y aprender de ellos. Requiere por supuesto de una nueva actitud más crítica del consumo y menos influenciada por los valores aspiracionales de una sociedad permanentemente insatisfecha

Comentarios