Un día
desperté en tierras lejanas y tuve un sentimiento de paz que nunca había vivido.
Sé que esa sensación provino de un sueño, pero no he podido recordar su
contenido. Sin embargo, las ansiedades más profundas se esfumaron.
Tuve sin
razonar la certeza absoluta que:
- Nada es realmente grave en nuestras vidas. Que nos preocupamos innecesariamente por asuntos que se resolverán de uno u otro modo
·
El
mundo seguirá girando a pesar de nosotros mismos
·
Ante
la perspectiva del tiempo y el espacio, nosotros como individuos somos tan
importantes que un grano de arena en un enorme planeta desértico, que forma
parte de un universo que contiene billones de planetas similares.
·
Es
probable que no sepamos nunca de dónde venimos ni adónde vamos
·
Cualquier
explicación puede ser cierta
·
Nada
es eterno y que todo evoluciona o muere, incluso aquello que amamos
·
En
nuestro interior también ocurren cambios y son inevitables
·
Nuestra
raíz del sufrimiento está en lo que deseamos, como afirma el budismo
·
Nuestro
sufrimiento aumenta cuando nos aferramos a ese deseo
·
Nuestro
sufrimiento disminuye cuando somos flexibles y modificamos lo que deseamos
·
No
importa lo que suframos, el cumplimiento del deseo no está relacionado al
sufrimiento
·
No
hay autoridad política, laboral, social o religiosa que decida lo que deseamos
·
Es
más fácil vivir cuando aceptamos la incertidumbre
·
La
muerte llegará en cualquier momento y de alguna forma. Una enfermedad, un
accidente, una decisión de otro. No importa el camino que tome, es sólo un
medio de llegar al final. Nada es grave, ni fatal, todo es como tendrá que ser.
·
Al
morir dejaremos todo, no nos llevamos ni un objeto material por minúsculo que
sea. Por lo tanto, todos los bienes que acumulamos son una ilusión
·
Nuestro
tiempo de vida es nuestro, no de los demás, nadie vive por nosotros, por lo que
sus opiniones no son relevantes
· De modo que he entendido que la vida es sólo un juego. Si perdemos o fallamos no cambiará el
final del juego. Así sean obligaciones escolares, religiosas o laborales. El
final del juego llegará
·
Nadie
se salva de estas leyes de la vida, ni siquiera el uno por ciento
·
No
hay necesidad de ansiedad alguna, ya que la vida es un juego y las ganancias
son ilusorias,
·
Si
el resultado del juego no nos ofrece nada, es mucho mejor jugarlo de la forma
más honrosa, digna y divertida posible.
·
Es
importante estar en paz con los demás, no deber, no odiar, no esperar de más.
La venganza no es ningún platillo ni frío ni caliente.
·
Es
aún más importante aprender a amar, que es dar todo lo que tienes, pero también
recibir con humildad y agradecimiento
· Comprendí así que es mejor disfrutar del camino y de lo que ocurre en él. De convertirlo en paseo y disfrutar la sonrisa de las personas que amas y de las que te rodean, jugar en serio porque el resultado parcial es divertido.
Desde esta perspectiva llegué a la conclusión que impediré, en la medida de lo posible, que los acontecimientos que ocurran en mi vida me impidan disfrutar de lo que resta de mi viaje, porque el tiempo se agota.
Y desde ese día mi vida se ha vuelto disfrutable
y divertida.
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