Mezcla fatal deepfake y desequilibrio informativo

 Información falsa con intencionalidad 




La fórmula no puede ser más dañina. Mientras en redes sociales se difunden videos que vulneran nuestra credibilidad, los otrora confiables medios de comunicación se encargan de construir una campaña de percepción enfocada a intereses particulares, que raramente coinciden con el interés público.

Esta mezcla provocada por la crisis económica de los medios de comunicación con nuevas herramientas tecnológicas especializadas en crear mensajes falsos no es una casualidad. Es una táctica de grupos sociales que desean tener bajo control los cambios que inevitablemente llegarán ante la disolución de un modo de producción y el advenimiento de otro. Algo que no ha ocurrido en siglos y que estamos comenzando a vivir.

Los audios, imágenes y videos falsos se les conoce como deepfake. No son del todo nuevos, pero con las herramientas de Inteligencia Artificial no sólo es barato sino sumamente sencillo.

El reto no es simple, mientras los expertos se ponen de acuerdo en que sí y que no prohibir y los legisladores discuten otros temas que consideran más importantes, el deepfake ha crecido en este año más de 3,000% de acuerdo con un informe de Onfido, empresa londinense enfocada a la verificación de identidad.

¿Quién gana?

A esta mezcla informativa falsa que llamaremos, por simplificar y subiéndonos a la ola de términos ya creados: Medios Sintéticos Financiados (MSF).

Si los MSF tienen éxito, sus resultados se verán en la creación de dos grandes grupos que ya fueron definido por el gran genio de la semiología Umberto Eco: Apocalípticos e Integrados.

Ya no contamos con la presencia de este genio para que actualice sus términos, sí lo hizo con la llegada de internet, explicando que en esos tiempos (20013) era difícil separarlos pues los apocalípticos si usaban internet, a diferencia de los años 60 en donde los intelectuales no veían televisión. Pero ahora el cambio simplifica las cosas, aunque la sociedad entera use le tecnología, se ha creado muy claramente esta división

De modo que la clasificación puede extenderse a los MSF:

-Los integrados que apoyan implícitamente a los mensajes falsos ya que su contenido ratifica su modo de pensar

-Los apocalípticos que critican fuertemente estos mensajes y que se caracterizarán por ser sumamente desconfiados de cualquier mensaje.  Una visión del apocalipsis engendrada por un pesimismo paralizante.

El comportamiento resultante para la sociedad será el de una masa que apoye la intencionalidad de los MSF y grupos sociales que renegarán con la cabeza, pero no harán nada por cambiar las opiniones, ya que no confían en nadie.

Si te preguntas a quien benefician estos comportamientos sociales, podrás entender quien los provoca.

 La respuesta

 Nótese que escribí que “sí los MFS tienen éxito”. Esto es porque la historia nos ha demostrado que nunca se logra un pensamiento homogéneo en la sociedad. Puede ser un pensamiento mayoritario, pero no absoluto. La sociedad está compuesta, como lo explicó Gramsci, por diferentes grupos sociales que genera ideologías o visiones del mundo diferentes, por lo que a mi modo de ver estamos genéticamente indispuestos para un pensamiento absoluto y manipulado.

Por supuesto que existirán apocalípticos e integrados, pero también gente y grupos sociales que estarán dispuestos a actuar y a generar opciones informativas creíbles.

 A este fenómeno se define como Comunicación Alternativa, un término que se ha usado incorrectamente incluso en universidades, al que se le confunde con medios alternativos, pero que raramente se toca el proceso completo que lo hace radicalmente diferente al de la dominante, especialmente en lo que se refiere a intencionalidad.

El uso más básico usado por la humanidad por quizás milenios es la trasmisión de boca en boca. Una práctica de comunicación que logra resultados que nadie puede controlar. Pero la tecnología nos puede ser útil si damos credibilidad a una persona y consultamos con rigurosidad su propia fuente de información. Nada más sencillo, para empezar.

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