Las
declaraciones de ayer de Ebrard lucen preocupantes, si lo vemos desde una
perspectiva alejada de los partidos políticos opositores y del contexto del
momento.
Estas
instituciones han perdido su papel de representación de proyectos políticos
para convertirse en una parte funcional del poder fáctico, el cual no sólo ostenta
el mando económico, sino que entre sus soldados más leales están personas con costosos
estudios especializados en manipulación colectiva, estrategias de persuasión simbólica
y física. El hecho de que sean inmorales y deshonestos, no les quita su
inteligencia y sus estudios que son bastante extensos.
Este poder
fáctico es una caja negra apenas descifrable en su superficie, no sabemos
realmente quien o quienes tienen el poder para mover sus marionetas a su antojo,
pero sería inocente suponer que no tienen la visión para comprender lo que está
pasando en la política mexicana.
Personajes
como Claudio X. G. son como la uña larga y mugrienta del dedo índice de este
poder fáctico que le sirve solo para señalar a los elegidos para una tarea.
Casi todos
nos hemos visto sorprendidos de cómo la alianza opositora haya elegido a un
personaje débil como su favorito que no tiene el poder de convocatoria
suficiente para atraer a las masas. Parece una medida desesperada por atraer
con retórica a los pobres que buscan representación y que en su mayoría han encontrado
en el partido actualmente en el poder. En realidad, aparenta más ser más una
broma que una estrategia.
Esto nos
lleva a preguntarnos si esto no es más que un distractor. Que esos expertos han
decidido que sus títeres públicos hagan el ridículo poniendo caras de tontos y
haciendo tonterías para que todos pensemos que el futuro político del país ya
está definido
El hecho de
que el partido oportunista Movimiento Ciudadano no haya definido aun su
candidato es otro elemento para considerar en un escenario probable, aunque
pareciera paranoico.
Ebrard ha
dado, con su queja, un paso púbico para desconocer los resultados de las
encuestas. Pero ya desde semanas había hecho movimientos tácitos dirigidos, no
a la mayoría, sino al poder fáctico con su estrategia de reuniones con empresarios
y centros de trabajo y con su propuesta de vigilancia ciudadana. Ebrard sabía que esto no
iba a sumarle puntos de popularidad, pero su lenguaje corporal y verbal ha
demostrado que es lo que menos le interesa. Ha estado ocupado en convertirse en
el candidato favorito de la oposición.
Lo que podría
ocurrir en el futuro inmediato suena terrible por la probabilidad de que ocurra:
-Sheinbaum gana
en las encuestas
-Ebrard
desconoce los resultados, renuncia a Morena argumentando de honestidad y
coherencia.
-MC, que
estaba esperando este momento, le ofrece ser el candidato presidencial para el
2024, Ebrard acepta
-Esto
implica una ruptura, aunque sea intrascendente, dentro de las fuerzas de Morena
-Los medios
masivos, cargados de dinero inyectado por ese poder fáctico, magnifican la
ruptura y hacen creer a la población que la mayoría ha dejado a Morena. Aquí lo
importante no es que sea cierto, sino que lo relevante es decirlo y “demostrarlo”
con gráficas provenientes de encuestas manipuladas. Este testimonio será usado
como argumento legal, más tarde, en el desenlace de esta historia.
-Los medios
hablarán -como ahora- de que el candidato de MC no sólo empata sino rebasa a
Sheinbaum, quien no tiene el carisma necesario para demostrar lo contrario con
movimiento multitudinarios, como lo habría hecho AMLO
Ojalá todo
esto sea un pensamiento paranoico individual y sin sentido.
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