Pobreza de palabras es también de pensamiento

 


Escribir bien no es tan difícil, se trata de ordenar de forma verbal lo que se piensa. Lo verdaderamente difícil es pensar bien, es decir tener una idea clara que se pueda describir con precisión.

Revisa lo que piensas, pronto te darás cuenta de que tienes ideas que interrumpen a otras de modo que ninguna termina por concluirse del todo.

Si te gusta usar "palabrotas" es posible que no te guste esto. También se puede argumentar que grandes pensadores usan palabrotas, pero al igual que Piscasso quien en sus primeras pinturas demostró que sabía la técnica, antes de explorar el cubismo y el surrealismo

Actualmente, debido a la experiencia acumulada por décadas como promotor de personas para que escriban, me doy por derrotado cuando la persona no expresa ideas completas o cuando es capaz de expresarse más allá de las muletillas clásicas como “no sé ni qué pedo” “esta madre” y expresiones populares que, altisonantes o no, demuestran la incapacidad de las personas de usar las palabras que definen lo que quieren decir.

No se trata de puritanismo de lenguaje. “Esta madre” puede referirse a un auto, una herramienta o una situación y es difícil entender la expresión sin el contexto.

De lo que habla la pobreza del lenguaje no tiene que ver con el conocimiento del idioma, sino de la realidad misma. Una persona que no es capaz de nombrar la realidad que la rodea difícilmente la conocerá, a menos que sea uno de esos genios ocultos que se encuentran camuflajeados en trabajos prácticos no pretensiosos como de un jardinero, que es capaz de describir el ciclo de vida, el papel de los depredadores sociales y la naturaleza de la muerte, entre otros muchos conceptos complejos, hablando de las plantas y flores que cuida.

Esto no ocurre con las personas que están pasando la mayor parte de su vida con un control de videojuegos en la mano, sin leer libros, sin enfrentarse a los retos de la realidad concreta.

 Escribir mal no es problema social

Pero esto no debe preocuparnos. Si analizamos la historia de la humanidad ha sido sólo un pequeño porcentaje de la población el que hace los cambios, el que crea proyectos y reorienta el destino de las comunidades y los pueblos. Los demás son hombres-masa como los describió Ortega y Gasset.

Ellos esperarán a que los inventos lleguen a su entorno, a que se haga una película o una serie sobre el libro de moda. Aunque quizás ahora sea un videojuego. A que le digan que día le toca vacunarse, donde trabajar y qué hacer, qué comprar y cómo hacer lo que tenga que hacer con el menor esfuerzo posible.

El hombre-masa, además de que actualmente es una expresión políticamente incorrecta porque incluye en su definición a hombres y mujeres, ha existido siempre y es esa materia prima necesaria para sociópatas y manipuladores que requieren de la fuerza de la sociedad para alcanzar sus proyectos. Por eso existen las estrellas de rock, los políticos, los influencers y cualquier otro tipo de modelo social, son modelos para el hombre-masa que está ávido de que le digan como moldearse para seguir existiendo.

De hecho, debido a que el hombre-masa se ve a sí mismo a través de los demás, prefiere parecerse que diferenciarse y esto garantiza que la sociedad funcione y siga el camino que los pensadores definan, para bien o para mal.

 

Escribir y pensar bien es un reto personal

A nadie le importará que pienses bien, excepto a ti mismo. Tener claridad de lo que ocurre en tu entorno es una tarea que te servirá para darle sentido a tu vida, para alejarte de la masa y encontrar tu esencia y alcanzar a comprender lo que quieres hacer con tu existencia.

Cuando le preguntas a una persona de la masa que quiere hacer con su vida, reproducirá las ideas de moda: ser rico, famoso y feliz entre otros detalles populares. En realidad, está diciendo lo que escuchó y no llega nunca a la profundidad de su ser, de lo que lo hace único y diferente a los demás.

Eso nos pasa a todos. Muchas veces me pregunto cuánto de lo que pienso no fue inoculado por ese complejo sistema de sociabilización que son las instituciones como la familia, los medios masivos, la política, la escuela y la ciencia.

Encontrar tu esencia

Por ello para llegar a expresar quienes somos en realidad tenemos que empezar por dejar de reproducir las muletillas sociales que todos usamos para expresarnos. Hay que reconstruir la realidad con nuestras propias palabras y esto nos llevará tiempo porque pronto empezamos a descubrir que casi todo lo que pensamos no nos pertenece, sino que nos fue inoculado.

Para logar este cambio necesitamos de las palabras, ya que éstas nombran la realidad. En la medida en que vamos usando las palabras adecuadas para describir de lo que hablamos vamos redescubriendo la realidad y apropiándonos de ella con nuestra propia esencia.

Ser impecable con las palabras

Una vez que empezamos a usar las palabras precisas, nuestro pensamiento se va volviendo original. No en valde uno de los cuatro acuerdos -que según el doctor Miguel Ruiz es una de las herencias de enseñanza de la cultura tolteca- es el ser impecable con las palabras.

Honrar lo que decimos, cuidar lo que hablamos nos ayudará a recorrer el camino del conocimiento, ese camino que todos deberíamos seguir para cumplir con la razón de nuestra existencia. Irónicamente sólo muy pocos lo intentan.

Escribir… ¿para qué?

La escritura es un sistema de evaluación personal, si tienes la capacidad de expresarte adecuadamente, sin metáforas, sin adjetivos innecesarios, si tu expresión es precisa, entonces estás alcanzando tu objetivo. Por supuesto será poco a poco. Lo primero será que te encuentres sin palabras ante una página en blanco y luego sólo reproducirás lo que has escuchado, finalmente lograrás escribir sin parar y descubriéndote a ti mismo.

Por supuesto no es el único camino, también se logra con otras expresiones artísticas y con la lectura, pero normalmente el tipo de personas que practican alguna otra expresión estética cuando escriben, lo hacen bien.

Hay profesiones que exigen a las persoans escribir bien como los abogados o científicos que deben publicar sus artículos, ellos también desarrollan esa capacidad de pensamiento independiente en la medida en que no reproduzcan el pensamiento de otros, lo que la mayoría de las veces no es tan fácil en escrituras académicas o legales, en donde la precisión tiene otras características diferentes.



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