Este es uno de esos post (y video) que no son políticamente correctos. Lo que escribiré será como entrar con los zapatos enlodados en el límpido mármol de la sagrada mercadotecnia que se dicta desde palacios de cristal y centros económicos.
No es extraño, la mercadotecnia alternativa es por naturaleza contraria a la dominante y por lo tanto su modo de pensar y sus propuestas. Es por lo tanto irreverente, rebelde y contestataria, como lo es todo sistema alternativo real (no comercial como algunas propuestas comerciales de medicina o pensamientos esotéricos)
Toco poco el tema de mercadotecnia alternativa porque una voz es un grano de arena en la inmensidad del mundo. La mayoría de los emprendedores están embelesados por el canto de las hermosas sirenas que están en las ventanas de esos palacios de cristal. Esas voces son encantadoras en el sentido estricto del término: enajenan la mente con palabras extrañas que tienen el afecto mágico de que se tragan enteras y funcionan como una parásito cerebral que termina por tomar el control del mismo, como ocurre en las más aterradoras películas de ciencia ficción.
Durante décadas el discurso formal construido con términos como “awareness, branding, engagement, insigth, marketing 360, target, retargeting, SEM, SEO, SMO, teaser” y muchos más que seguro he olvidado han inundado las propuestas de mercadotecnia digital para todos los tamaños de empresas. Propuestas que en no pocas ocasiones parte sugieren estrategias de compra de seguidores, modos de venta invasivos de la privacidad y derroche de recursos por clics, comentarios y atención 24/7.
Tampoco es extraño: es dominante. Así son los discursos dominantes.
Pero los tiempos han cambiado. Hoy la globalización se encuentra en una crisis que puede llevar a un rincón a ese modelo económico. Una crisis de esta naturaleza arrastra con todo, sus modelos de producción, su concepción ideológica y, por supuesto, sus prácticas de mercadotecnia.
No volemos con esto. Si hacemos un repaso mental en el mundo que conocemos podemos reconocer que en la realidad subsisten diferentes modos de producción de forma simultánea: aún podemos encontrar rastros de esclavismo, feudalismo y pequeños burgueses emprendedores, al mismo tiempo que las marcas globales se posesionaban del mundo.
Esto nos puede dar una idea de lo que pasará, la globalización dejará de ser dominante pero subsistirá con las marcas más saludables que encuentren espacio en un nuevo mundo que lo más probable es que se concentre en regiones cerradas, muy parecidas a la era feudal, pero modernizada.
Todas estas reflexiones pueden no ocurrir, o transcurrir de un modo diferente, pero la crisis está aquí y con ello un resquebrajamiento en todo nuestro modo de hacer las cosas.
Independientemente de estas grandes fuerzas económicas, los humanos como individuos debemos buscar la forma de sobrevivir y desde esa perspectiva solo podemos modificar nuestro entorno. Cualquier persona que se encuentre en apuros económicos, no tarda mucho en pensar “¿Qué puedo hacer?”
Para muchos, para la mayoría, el emprendimiento es la única opción viable, aunque esto implique mayor changarrismo y puestos en las calles. La gente busca sobrevivir.
Para ellos y para los que tienen el empuje de plantearse proyectos más ambiciosos son estas líneas.
Para estos emprendedores el Analytics, el Big Data, los algoritmos no hacen sentido en su negocio. Es otra mercadotecnia la que necesitan, una que les permita sortear la nueva realidad, tomando provecho de lo que existe.
Esta es la propuesta:
No es extraño, la mercadotecnia alternativa es por naturaleza contraria a la dominante y por lo tanto su modo de pensar y sus propuestas. Es por lo tanto irreverente, rebelde y contestataria, como lo es todo sistema alternativo real (no comercial como algunas propuestas comerciales de medicina o pensamientos esotéricos)
Toco poco el tema de mercadotecnia alternativa porque una voz es un grano de arena en la inmensidad del mundo. La mayoría de los emprendedores están embelesados por el canto de las hermosas sirenas que están en las ventanas de esos palacios de cristal. Esas voces son encantadoras en el sentido estricto del término: enajenan la mente con palabras extrañas que tienen el afecto mágico de que se tragan enteras y funcionan como una parásito cerebral que termina por tomar el control del mismo, como ocurre en las más aterradoras películas de ciencia ficción.
Durante décadas el discurso formal construido con términos como “awareness, branding, engagement, insigth, marketing 360, target, retargeting, SEM, SEO, SMO, teaser” y muchos más que seguro he olvidado han inundado las propuestas de mercadotecnia digital para todos los tamaños de empresas. Propuestas que en no pocas ocasiones parte sugieren estrategias de compra de seguidores, modos de venta invasivos de la privacidad y derroche de recursos por clics, comentarios y atención 24/7.
Tampoco es extraño: es dominante. Así son los discursos dominantes.
Pero los tiempos han cambiado. Hoy la globalización se encuentra en una crisis que puede llevar a un rincón a ese modelo económico. Una crisis de esta naturaleza arrastra con todo, sus modelos de producción, su concepción ideológica y, por supuesto, sus prácticas de mercadotecnia.
No volemos con esto. Si hacemos un repaso mental en el mundo que conocemos podemos reconocer que en la realidad subsisten diferentes modos de producción de forma simultánea: aún podemos encontrar rastros de esclavismo, feudalismo y pequeños burgueses emprendedores, al mismo tiempo que las marcas globales se posesionaban del mundo.
Esto nos puede dar una idea de lo que pasará, la globalización dejará de ser dominante pero subsistirá con las marcas más saludables que encuentren espacio en un nuevo mundo que lo más probable es que se concentre en regiones cerradas, muy parecidas a la era feudal, pero modernizada.
Todas estas reflexiones pueden no ocurrir, o transcurrir de un modo diferente, pero la crisis está aquí y con ello un resquebrajamiento en todo nuestro modo de hacer las cosas.
Independientemente de estas grandes fuerzas económicas, los humanos como individuos debemos buscar la forma de sobrevivir y desde esa perspectiva solo podemos modificar nuestro entorno. Cualquier persona que se encuentre en apuros económicos, no tarda mucho en pensar “¿Qué puedo hacer?”
Para muchos, para la mayoría, el emprendimiento es la única opción viable, aunque esto implique mayor changarrismo y puestos en las calles. La gente busca sobrevivir.
Para ellos y para los que tienen el empuje de plantearse proyectos más ambiciosos son estas líneas.
Para estos emprendedores el Analytics, el Big Data, los algoritmos no hacen sentido en su negocio. Es otra mercadotecnia la que necesitan, una que les permita sortear la nueva realidad, tomando provecho de lo que existe.
Esta es la propuesta:
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