Coincidir sin convencer es la clave de la negociación


Se ha dado por definirla como la era de la posverdad; pero la mentira emotiva existe desde hace milenios, fue la base en la que se asentaron los líderes embusteros y muchos líderes religiosos que aseguraron haber escuchado a dios.
Lo que ocurre ahora es que ha perdido su monopolio. Cualquiera puede crear noticias falsas, de manera intencional o por simple ignorancia. De modo que ahora ya no podemos creer en ninguna información, aún cuando sea emitida por un medio de comunicación que por décadas había tenido credibilidad hasta que la perdió por una noticia falsa que difundió.
La pérdida del monopolio de la mentira nos tomó por sorpresa hace unos años:  se ganaron elecciones con  las estrategias para mentir mejor diseñadas. Pero  como ocurre casi siempre, la vida de una mentira es efímera y su espacio es ocupado por el descrédito. Hoy ya no creemos ni en la ciencia, porque en su nombre también se difunden noticias falsas.
Y esto nos ha enojado. Especialmente cuando vemos que la mentira es evidente, cínica y desvergonzada. Hemos caído también en la trampa de ir contra ella, pero quien la emite tienen tal seguridad, que terminamos par alejarnos más del acuerdo, que al principio.
Pero si lo vemos en perspectiva, las noticias falsas nos están favoreciendo. Cada vez más personas se están viendo forzadas a pensar, a razonar, en lugar de esperar pasivamente a que alguien lo explique.
Este tipo mentiras son tan débiles que basta con que reflexionemos un poco en torno a ellas para comprender que sólo querían manejar nuestras emociones. Y si nos seguimos un poco más descubriremos que nuestra psique tiene mucho que ofrecernos, también nos da información con nuestra emociones y sensaciones. Podemos intuir, presentir y hacer un proceso reflexivo profundo para descubrir una mentira.
Usualmente pensamos que los cambios de era solo ocurre en las élites de la humanidad, pero es así. Hemos menospreciado el papel de la conciencia colectiva, de esas olas de pensamiento que transitan por el mundo renovando nuestros pensamientos y acomodándose con los antiguos.
Ya hablamos en otro vídeo como se ha demostrado la existencia de una conciencia universal que se nutre y nos nutre a todos y cuyo entendimiento está más allá de cualquier élite que pretenda dominarla. Su acceso ha sido manejado como una ciencia oculta, solo accesible para iniciados, pero esa secrecía se ha roto constantemente, simplemente porque cualquier que logre librarse de sus prejuicios y encuentre la manera de estar presente en el aquí y en el ahora comprende que hay información disponible que trasciende la que reside en el cerebro y que llega por vías insospechadas y diferentes a lo racional.
Si no la sentimos todos es porque nos invadió una ola de conocimiento basado en la comprobación materialista que nos alejó de otras formas de percepción. Entonces desde hace siglos estas otras formas de percepción pasaron a ocupar rincones abandonados por la gente pensante, que se reía de las intuiciones de las abuelas y las premoniciones de los más sensibles
El camino es largo de recorrer, especialmente debido a su misma inmaterialidad, está saturada de otros charlatanes que afirman haber encontrado el camino. El problema es que ese camino no lo puede seguir nadie, es individual y si alguien lo recorre, solo podrá narrarlo.
Pero el conocimiento de la existencia de otros modos de percepción nos ayuda a entender porque es innecesario que los demás estén de acuerdo con cada uno de nosotros. De  hecho no pueden. Nadie puede pensar como otros, porque tenemos nuestra versión individual del universo, del mundo, del todo


Por ahora, sólo estamos en la posibilidad de encontrar coincidencias y regocijarse con estos encuentros.
Pero también estamos ante el reto de descubrir por nosotros mismos los intentos por administrar nuestro conocimiento y comportamiento. Lo más fascinante de este desafío es que una vez que avanzamos, es imposible regresar.
Llegó el momento de saber
Por Gustavo Guerrero


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