Blockchain es descentralización

Foto de NASA

Cuando uno lee artículos como “Why Blockchain is Hard”, de Jimmy Song, se reafirma la idea más importante que hay que comprender de esta tecnología: descentralización.

Pero con lo que se explica en este artículo se puede comprender que no es para todos ni para todo, su instalación y mantenimiento no sólo es costoso, sino difícil, un error puede ser fatal y las actualizaciones prácticamente son imposibles.

A pesar de ello su potencial de descentralizar algo es altamente atractivo, especialmente si hay información que, como sociedad, nos preocupe que esté en unas cuantas manos que tengan la capacidad de manipular la información a su antojo, algo imposible de hacerse en una base de datos miles de veces replicada.

Más allá de una moda, debemos comprender que esta tecnología tiene una fuerte dosis revolucionaria, es por decirlo de algún modo, antisistema, ya sea público o privado, ya que quita el control a unas cuantas personas para transferirlo a un universo de enlaces indeterminados.

Quienes la crearon estaban pensando justo en los sistemas centralizados que toman las decisiones a su antojo. ¿Cómo evitar que el valor del dinero se determine por un enclave cerrado y secreto que impacta el destino de millones de personas? Crear un concepto de dinero virtual en el que todos podamos confiar simplemente porque su información es imposible de manipular. Y entonces nacieron las criptomonedas

Blockchain está de moda pero no terminará siendo una solución para todos. Sin embargo hay aplicaciones que podría tener esta tecnología a pesar de ser costos, lenta y difícil de actualizar.

En México, por ejemplo tenemos el reto del patrón de propiedades tanto privadas como ejidales. Son sistemas a los que por diversos recursos, puertas legales y mañas pueden ser manipulados por las personas. El caso más frecuente quizá sea el de los ejidos, cuando de pronto aparecen varios dueños de un predio con diferentes documentos proporcionados por funcionarios ejidales que solo duran unos años en sus puestos.

Otro terreno en donde la confiabilidad es fundamental es en la contabilidad de los votos en las elecciones, en donde ya ha habido algunas experiencias en otras partes del mundo, pero quizás también se podría pensar en esta plataforma para el control de padrón electoral, de modo que no pueda ser manipulado por nadie. La consultas serían seguras y fáciles de aplicar, los costos se abaratarían y con el paso del tiempo incluso podríamos votar con nuestro propio teléfono móvil.

En ámbito público no gubernamental un sistema de reputación ayudaría a muchos profesionales y proveedores personales de servicios para dar confianza a sus nuevos clientes basado no sólo en la opinión de sus clientes, quienes también serían calificados, sino también en su experiencia y trabajos terminados. Al ser distribuida y pública se podría evitar la manipulación corporativa (de gobierno o empresas) para fines diferentes a los que fueron creados.

El gran reto es su implementación. El ente idóneo para llevar a cabo este esfuerzo es el sector púbico, pero con vocación democrática para ceder el control a un poder distribuido. Ahora podría ser la oportunidad, el problema es como lo dice el agente central de este cambio: política es tiempo y no hay mucho.

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