Mercadotecnia que une pasado y futuro



Los que tuvieron la suerte de ir, décadas atrás, a mercados locales en pequeñas poblaciones, recordarán al vendedor que con un micrófono atado a su cabeza anunciaba sin cesar cobijas a bajo costo, gritando, vitoreando las preguntas y dando una impresión que su mercancía volaba.

Eran personajes eran muy entretenidos que se modernizaron con el micrófono, pues antes era simplemente gritones, una práctica muy difundida en los mercados, particularmente en nuestros centenarios tianguis, el origen más primitivo de técnicas de mercadotecnia y ventas al consumidor.

En una esquina de puebla de golpe, con sólo doblar la esquina esta empresa vincula el pasado con el futuro al basarse en estas técnicas con tecnologías modernas, luminosas y llamativas.

La luz de la enormes pantallas se ven a cuadras de distancia, la voz no puede dejar de escucharse, las ofertas no las olvidé, el impacto fue absoluto.

Si algún día tuviera pupilos y quisiera mostrarles un ejemplo de publicidad invasiva los llevaría a esa esquina emblemática del centro de Puebla.

Una publicidad impactante que por segundos nos hace olvidar los muesos, la arquitectura, los sabores, la historia y la tradición de una ciudad magnifica a cambio de unas fundas para el móvil.

Quien diseñó esta publicidad es sin duda un mercadólogo con talento, tenga o no título o reconocimiento académico.

Si yo tuviera con competir con una oferta que mejore esta publicidad me vería en aprietos y quizás obligado a gritar más fuerte, a ser más luminoso, es decir a copiar y gritar porque no tendría argumentos.

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