El espíritu emprendedor nace con el homo habilis



Los negocios son la base del sistema capitalista, pero no es su patrimonio exclusivo. Las empresas son inherentes al ser humano y no sólo al capitalismo y mucho menos a su episodio más deshumanizado de todos que es el neoliberalismo

Como se puede apreciar en este vídeo (que es un pequeño fragmento de otro mucho más completo publicado por el canal Mega Homo), la búsqueda de nuevos horizontes, de conquistar nuevos territorios, de avanzar para buscar bienestar nace antes del ser humano que conocemos como tal, se inicia con el Homo Habilis que descubre las herramientas, comparte su conocimiento y busca nuevos territorios.

El origen tiene un tinte poético, cuando los antecesores al ser humano se levantaron en dos extremidades para poder tener una mejor visión, su cerebro tuvo una mayor irrigación de sangre y se liberaron dos extremidades para poder hacer más tareas y lograr nuevos proyectos.

Esa intención de ver hacia adelante para buscar un futuro mejor ha estado presente en la evoución humana todo el tiempo.

En el lenguaje corporal, el caminar con la cabeza erguida como mirando al horizonte se le considera como una postura que tienen los millonarios y las personas de éxito. Por el contrario una persona que encorva la espalda y baja los brazos sin levantar la mirada se le considera una persona que está fracasada, triste y dispuesta a escuchar y seguir las instrucciones de otros.

El tema toma particular importancia en la era del posneoliberalismo, las personas que criticamos y cuestionamos la visión ideológica de que todo tiene un valor económico y debe medirse en relación directa con su retorno de inversión es una crítica sólo a esta ideología, no a la libertad del hombre para seguir sus propias ideas y emprender sus negocios, proyectos y de asociarse con otros para hacer equipos eficientes que alcancen mayores objetivos.

El gran reto, sin embargo, no son las empresas en si misma, sino la ideología empresarial que ha sido invadida por el neoliberalismo, creando sus propias escuelas, sistemas de valores, criterios de medición y eficiencia que hace difícil distinguir la valoración de una empresa dirigida con un criterio neoliberal de otra con un espíritu empresarial más libre y no orientada única y exclusivamente al retorno de inversión, aunque requiera de éste para poder sobrevivir.

¿Cómo distinguir la dirección entre un tipo de empresa y la otra? Es muy simple, cuando la empresa tiene una misión más allá de su criterio económico es una empresa libre, cuando está obligada a ofrecer resultados en periodos cortos a costa de lo que sea, se ha sometido a la visión casi suicida del proyecto neoliberal.

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