Mucho se ha hablado de populismo, especialmente con temas relacionados con el modo de pensar de AMLO antes y después de su tema de posesión.
Incluso el mismo Obama metió más confusión cuando el se declaró populista porque estaba a favor de medidas que favorecieran a la población.
Pero décadas atrás era muy claro lo que era ser populista y la enorme diferencia con ser popular. Quizás el mejor ejemplo de populismo fue Luis Echeverría que con una mano torturaba estudiantes y encubría matanzas, mientras que con la otra saludaba al pueblo con mensajes de amor, progreso y liberación.
Eso es (o era populismo), sinónimo de hipocrecia. Son también incoherentes porque no se puede quedar bien con todo mundo pero su discurso lo expresa como si fuera posible.
Quitar el calificativo de populista a una persona es muy difícil, pues hay mucha polémica para definir si las meidas que tomó un gobierno beneficiaron o no a la poblacción. La historía dice que la mayoría no lo hace, pero quienes lo logran sus logros son negados por sus opositores, especialmente si van contra el régimen global dominante.
Pero al revés es más fácil. Es simple determinar si una persona toma meidas populistas cuando en su discurso dice beneficiar a la población, pero en la práctica significa lo contrario, perjudica a la misma de modo fehaciente y comprobable. Un buen ejemplo es la reforma energética de Peña Nieto, por ejemplo.
Otro caso que se está dando y cuyas implicaciones aún no alcanzo a comprender es el de la propuesta de reducir el historial de crédito a los ciudadanos a doce meses, para "incentivar" el crédito. No hay medida más populista y perjudicial que el promover el crecimiento de crédito tóxico para el país.
Confío que el resto de los legisladores reflexionen sobre las implicaciones de esta propuesta que intento explicar en este´vídeo:
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