Cáncer y cannabis un tema de contradicción cultural



A diferencia de Steve Jobs, quienes los médicos han sugerido que su vida se acortó por no seguir los tratamientos de la medicina moderna y farmacológica, Olivia Newton-John es una de las celebridades que ha logrado sobrevivir por décadas en una lucha constante contra esta incomprendida enfermedad.

Ella no habla de curación, sino de aprender a convivir con este padecimiento como una forma de vida y parece que ha encontrado una fórmula para alargar la vida, después de enfrentarse a la recurrencia en tres ocasiones.

En esta entrevista, que desafortunadamente está en inglés explica que entre sus métodos curativos está el uso de cannabis, que nosotros identificamos más fácilmente con el término mariguana. Lo usa como remedio para el dolor y el sueño y con ello lograr eliminar la ansiedad que acompaña esta enfermedad. Agradece a la vida tener un esposo con dotes de curandero y vivir en un lugar en donde el cultivo de esta planta es legal.

Su enfermedad, cáncer de mama, fue detectada en 1992, cinco años antes de que se le identificara a mi esposa y que padeció la enfermedad durante 12 hasta morir de forma dolorosa en el 2009, hace ya 10 años.

Al igual que el esposo de Olivia, también busque volverme “curandero” investigando fórmulas alternativas, pensaba que contaba con más tiempo, pues cuando le pregunté al doctor, al principio de su tratamiento cual era su expectativa de vida me dijo que era imposible saberlo, pero que había un caso de una persona que había sobrevivido 12 años sin ningún tratamiento, por lo que era de esperarse que podría sobrevivir más años, ya que en su casi si recibiría tratamiento.

Sus palabras fueron parcialmente certeras, 12 años de sentencia de muerte, sin que se lograra mejorar su expectativa de vida, a pesar de seguir prácticamente todos los tratamientos y recomendaciones de los médicos especialistas.

Hecho que me llevó a pensar que todo lo que hicimos fue inútil, habría sido mejor que no tuviera ningún tratamiento, habría sufrido menos y con apoyos como los que usa Olivia habría tenido una mejor calidad de vida.

A distancia veo que mis búsquedas fueron insuficientes y por el camino equivocado. Hace doce años 
pensar en usar la mariguana habría sido bastante ilegal, pero si me hubiera enterado de sus beneficios creo que lo habría intentado.

El caso de Olivia no es el único registrado sobre los beneficios que ofrece esta planta que fue considerada sagrada para nuestra civilización antigua y prohibida por la visión obtusa de la civilización actual que sólo confía en el limitado campo de la investigación científica, que además nos despierta la duda de las limitaciones que imponen los intereses económicos de las farmacéuticas mundiales.

Algunos investigadores han acumulado hasta 400 beneficios, no sólo contra el cáncer, sino con diversos padecimientos de la piel, de los bronquios, del cerebro y de muchas más que no hay espacio para enumerar aquí.

El problema es que casi todos estos tratamientos exitosos han ocurrido sin el amparo de la ciencia y otros ya con el apoyo de la farmacéutica en aplicaciones costosas donde dicen extraer y potenciar su capacidad curativa, pero que parece más como un modo de hacer negocio con este beneficio que la naturaleza puso a nuestra disposición y que fue descubierta y probada por nuestros ancestros por cientos y quizás miles de años ¿qué mejor prueba de que funciona requiere la ciencia?

El dilema de este asunto es quizá un tema de visión y de que hemos dejado en manos de expertos la solución de un problema multifactorial, expertos que en el mejor de los casos se enfrentan a un dilema de método al tratar de aislar el problema.

En otros campos de la ciencia se ha descubierto que los humanos creamos una ilusión de la realidad, que al comunicarla se convierte en una ilusión compartida, es decir todos vemos lo mismo, aunque no sea totalmente verídico ¿son los científicos una excepción?

Ya escucho a los fanáticos de la ciencia decir que su metodología les salva de caer en ilusiones, pero si fuera un método tan efectivo ya no habría misterios sin resolver, lo que significa que la ciencia no es dueña de la realidad, sólo la conoce parcialmente, aunque otros quizá ya la hayan intuido, como ocurre con los filósofos y los que hemos dado en llamar chamanes, videntes y sus equivalentes locales, términos que sirven para distanciarnos de ellos, porque nos da miedo saber que nosotros podríamos también tener estas cualidades pero que la racionalidad cultural nos impide reconocerla.

El hecho es que no conocemos las razones del cáncer, ni siquiera podemos asegurar que el caso de Olivia solo sea suerte, pues la metástasis no ha llegado a lugares en donde no hay retorno, o quizás su método está funcionando y deberían probarlo

Para los que hemos sufrido este padecimiento, ya sea como familiares o como enfermos, saber que hay una alternativa que permite reducir el dolor, dormir mejor y con ello mejorar la calidad de vida, es de suma y vital importancia. A tal grado que puede considerarse el hecho de que siga siendo una planta prohibida es un crimen que se está cometiendo día contra estas personas.

En México el cáncer de mama es la segunda cusa de mortalidad en las mujeres, según cifras del INEGI. Quizá es tan importante como la violencia a las mujeres, tema que es tan doloroso e inaceptable que ocupa el mayor espacio en las noticias.
Sin embargo, esta enfermedad no requiere de miles de millones de pesos, ni la creación de una Guardia Nacional para mitigarse. Sólo requiere de voluntad de políticos y legisladores para dejar que el cannabis sea una planta prohibida y cualquiera pueda cultivarlo para los fines que considere conveniente.

Hoy que se conmemora el día de la mujer, es un tema que debe analizarse como algo prioritario.

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