¿Las noticias falsas rescatarán al periodismo profesional?



Caer en la trampa de dar crédito a una falsa ya no sólo pasa en las redes sociales: también le está ocurriendo a los mismos medios de comunicación

Al menos eso parece haber sucedido con la información que circuló acerca de la  diseñadora francesa Isabel Marant a la que se le acusaba de buscar una patente que buscaba para usar los diseños de la comunidad Mixe

Tanto las autoridades municipales de Santa María Tlhauitoltepec como la misma diseñadora han desmentido el hecho. En información publicada por CNN se puede leer la declaración que la diseñadora en cuestión hizo a manera de aclaración:

 "Isabel Marant está luchando ante el tribunal de distrito de París para dejar las cosas claras: ha presentado alegaciones que señalan expresamente que estos diseños vienen desde el pueblo de Santa María Tlahuitoltepec, en la provincia de Oaxaca, en México".  

La falsa información, difundida por varios medios y viralizada en redes sociales, provocó indignación y molesta entre la población en México y provocó el impulso de dos peticiones en la popular plataforma Change.org.

Con esto se pone en evidencia de nuevo un hecho que está ocurriendo con las noticias y con el manejo profesional de las mismas. Y es algo que vale la pena que los periodistas se detengan a reflexionar para destacar la necesidad del profesionalismo en la divulgación de hechos que se convierten en noticias.

La búsqueda por dar la primicia debe abandonarse, pues cualquiera con un teléfono móvil y redes sociales puede ganarle en velocidad en cualquier medio o periodista. Pero lo que no va a hacer cualquier ciudadano es tratar con profesionalismo la información. Es decir buscar lo más posible la objetividad de la información, ofrecer los diferentes puntos de vista de un hecho y sobretodo -lo más importante-, confirmar la información para asegurarse que no se trata de una interpretación errónea,  intento de rumor, un chisme sin fundamento o parte de una táctica de propaganda o de publicidad.

Ya lo había dicho el filósofo Jiménez, el más citado en la universidad en donde estudié: Ahora en el periodismo "no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar".

Los buenos periodistas tienen ahora un as en su mano en el juego de barajear las noticias: su reputación. Quien la construya, con bases sólidas de objetividad y calidad de información, tendrá mayor credibilidad.

Este as podría ser un antídoto ante la amenaza de la robotización de la profesión. En efecto las máquinas podrán escribir con claridad y velocidad un hecho sin necesidad de intervención de la mente, pero los humanos, al menos los que tengan más educación e inteligencia, no confiarán en una máquina que puede ser manipulada completamente sin ninguna resistencia ética o moral.

La imagen pertence a  bloomingmimosa

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