Vecinos toman control en parque de Coyoacán



Ante la indiferencia de autoridades públicas y marcas comerciales corresponsables del fenómeno de la basura, algunos ciudadanos decidieron sacar dinero de sus bolsillos para pagar por la limpieza de un parque público atestado de basura.

Cuando una vecina fue a preguntar a las oficinas correspondientes la razón por la que no se hacía limpieza del parque, le dieron una respuesta increíble: no se limpia porque quien lo tiene que hacer no quiere limpiarlo, dice que le pagan demasiado poco y es mucho trabajo.

Semanas después otro vecino, desesperado, decidió pedir cooperación para contratar a personas que lo limpiaran y… las semanas pasan con éxito. El reto no es sencillo, se deben reunir cuatro mil pesos a la semana para pagar a los jardineros y 250 adicionales para que el camión de basura se lleve los desperdicios, porque no quería hacerlo ya que no le corresponde.

Aunque en cualquier momento se puede dejar de reunir el dinero necesario, parece que el entusiasmo si ha logrado reunir voluntades, ahora se ha decidido hacer una modesta campaña para pedir a otros vecinos que mantengan limpio el parque. Los letreros lo firman diferentes personas lo cual refleja una comunidad organizada y dispuesta a resolver los problemas. Un pequeño cambio social que prende una luz de esperanza para la sociedad.

Las autoridades locales no han mostrado ningún interés. Parece que tienen asuntos más importantes que resolver el bienestar de sus ciudadanos. Sólo espero que no quieran colgarse el resultado del trabajo de la gente, esta iniciativa no tiene más que el exclusivo interés de mejorar la calidad de vida de las personas que caminan por este parque.

El reto que tenemos los ciudadanos es grande. Por razones que descocemos los políticos muestran una parálisis para hacer lo que les corresponde. Hace como un mes le pedí por twitter al procurador social del Distrito Federal Alfredo H. Raigosa  (@A_HRaigosa) que  comentara porque tardan años en aplicarse las multas a los ciudadanos que no asisten a las citas de conciliación.  En cinco días se cumplirá un mes de mi pregunta  y aun no tengo una respuesta clara. Para que me respondiera por twitter tuve que hacer uso de los hashtag locales de moda, luego de su respuesta obligada me reuní con uno de sus colaboradores quien se comprometió a dar una respuesta oficial por escrito que… no ha llegado.

Pero no es sólo la Procuraduría Social, también ocurre algo similar con Protección Civil de la Ciudad de México (@SPCCDMX) a quienes les pedí que retiraran una rama rota de un árbol que amenaza con caer y dañar a las personas que hacen ejercicio debajo de este árbol. Por supuesto no lo han hecho, quizá piensen que no va a ocurrir nada y no sea importante. El problema es que lo será cuando ocurra un accidente. Esto me parece insólito pues se supone que ellos promueven la prevención.


La iniciativa privada también parece estar dañada por el mismo virus del desdén. Las propietarias de las marcas de consumo y sus distribuidores tampoco se quieren hacer responsables del daño que causan con sus empaques desechables.  Hace poco más un año publiqué estas fotos para llamar la atención de las marcas sobre el efecto que están causando precisamente en parques y jardines. Justamente son fotos tomadas en el parque que ahora estamos comentando. Por supuesto no respondieron a mi llamado para participar a la limpieza.  Es probable que si se trasmitirá la inconformidad por Televisa podrían escuchar algunos ejecutivos, pero una nota perdida en la blogosfera no merece su atención.


El problema queridas marcas de consumo es que la ciudadanía sabe de dónde viene la basura, su imagen está siendo también dañada al permitir que se convierta en basura estorbosa. Sería mucho más beneficioso para su imagen pública que participaran en lo solución del problema en lugar de mirar hacia otro lado. Esto no es lo que aconsejan las reglas básicas de relaciones públicas. Las abultadas cuentas que cobran sus expertos seguramente han de ser para que ustedes puedan escuchar: “Tiene usted toda la razón señor director general”  El mensaje es el mismo para los políticos. No se trata de si son de izquierda o derecha, populares o populistas, los ciudadanos esperan resolver sus problemas, no explicaciones sobre las nuevas leyes. Se trata de su imagen pública, ésa sí,  la que les ayuda a ganar votos.

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