Las nuevas tecnologías han facilitado que la gente exprese lo que siente o piensa de un modo tan amplio y simple como nunca antes en la historia. Esto podría parecer trivial, pero su expresión y circulación nos muestra el sentir de las personas en su relación con las marcas.
En algunos casos, como en esta gráfica relacionada con la marca Puma, la contra propuesta social aunque profunda no contrarresta la promoción directa de sus productos, sólo la asociación emocional que evoca.
La publicidad siempre ha estado sujeta a estos esfuerzos de comunicación alternativa que buscan modificar o ironizar la propuesta explícita o implícita que sugieren. De algún modo la desmienten y la bajan a un plano más terrenal y la sacan del embeleso emocional en las que se envuelven para promoverse.
Esto, por supuesto, tiene un costo para las marcas. Pero hay de ataques a ataques y en algunos casos el contramarketing va directo al corazón de la propuesta, ridiculizándola y enviando a la coladera toda la inversión publicitaria. En otros casos, como éste, la reflexión es en otro sentido, más social y no sólo trastoca lo que la marca propone, si no la forma en como los humanos vemos el mundo.
La conciencia social no es homogénea. Si muchos sociólogos proponen analizar la publicidad para conocer los pensamientos profundos de la sociedad, no es pérdida de tiempo conocer también como esta misma sociedad la modifica.
Comentarios