Recientemente escuché a Sergio Aguayo decir que la labor del
analista no es compatible con el de las
predicciones. Lo escuché por radio y es probable que le esté citando de forma incorrecta, pues hay un incluso una
disciplina conocida como prospectiva que hace diversos análisis con el fin de
predecir el futuro en una materia determinada. O quizás no fue muy rigorista y Aguayo
se refería a los desafortunados ejercicios de predicción que hacen muchos
analistas, la mayor parte de los cuales fallan. Me inclinó por esta segunda posibilidad.
Enero está cargado de predicciones. Todo mundo hace por
diversas razones: porque está de moda, porque es la fecha en las que se hacen, porque
no hay noticias que difundir, porque se tienen la convicción de que así será, o
porque hay la oscura intención de promover una tecnología, actividad o
servicio. El caso es que las predicciones
aparecen por todos lados, con respaldo o sin respaldo que las fundamente.
Esta lluvia de predicciones
deja una sensación de que todo puede ocurrir y que este año podría ser
un año radicalmente diferente de anterior…Pero nunca ocurre. En realidad los
cambios, aun a la velocidad de internet, se van dando de forma paulatina y son
claramente identificables en nuestro entorno.
El crecimiento de Twitter o de Facebook en nuestro entorno, se veía
venir claramente desde muchos meses antes. Nunca hemos despertamos un 2 de
enero y con un mundo radicalmente
diferente. Ni siquiera fue así cuando el Comandante Marcos hizo su única acción
militar para posicionar su movimiento. Fue una sorpresa, pero el mundo no
cambió de inmediato. De hecho no estoy muy seguro si estas noticias cambio el
mundo citadino clasemediero de México. Otras noticias que pueden cambiar
sorpresivamente nuestro mundo son las económicas: una devaluación, por ejemplo.
Sin embargo no es que no haya indicios, muchos expertos advierten de ese riesgo
antes de que ocurra, sólo que la mayoría de nosotros no sabemos interpretar
esas señales.
La mejor técnica para validar que tan importante será una
predicción en nuestro mundo es observándolo con detenimiento y escuchando a los
expertos no lo que va a ocurrir, sino lo que las señales significan. Recuerdo
que Emilio Azcárraga Milmo, padre del actual director de Televisa, decidió
cancelar los noticieros que se estaban difundiendo en EUA para lo comunidad
hispanoparlante con una práctica que me pareció aterradora: Salió a las calles
norteamericanas acompañado con el noticiero más importante de su medio, Jacobo
Zabludovsky: nadie le sonrió, ni le identificó, ni le siguió con la mirada. Es decir
nadie le conocía.
No le importó rating, estudios de mercado ni nada similar.
Eso fue suficiente, según se publicó en su momento, para cancelar las noticias
en ese país.
La anécdota puede ser una leyenda, un mito que se crea con
el paso del tiempo en torno a las personalidades notables, pero no por ello
deja de ser atractiva: nos indica que la clave de toda predicción es nuestra
capacidad de corroborar en nuestro mundo lo que dicen los expertos que pasará
en él.
Comentarios
To be more specific, perhaps the main reason why U.S. companies were successful despite predictions , is that it became ...