Nadie duda que el éxito de una empresa no dependa sólo del
talento de sus líderes, si no de su capacidad de crear un equipo que logre
resultados.
Roger Marull, gerente general de Meta4 en Chile plantea el punto de modo contundente al
considerar que las empresas con buenos
líderes son también las de mayor valor económico por lo que buscan no sólo
atraer y retener a los empleados más talentosos.
Un buen líder son generalmente entusiastas, positivos y
solidarios con su equipo de trabajo, requisitos necesarios para que cada
miembro se siente reconocido y dispuesto a dar lo mejor de sí por los objetivos
del grupo al que pertenece.
Por el contrario un mal líder es egoísta, no escucha y su
modo es generalmente autoritario, un modelo de liderazgo similar al de la
disciplina que se da en los ejércitos, modelo muy en boga hace algunas décadas.
Generalmente las combinaciones son terribles cuando alguna
de éstas ocurre: un buen equipo se vuelve totalmente ineficiente con un mal líder.
Y un buen líder de área se hace ineficiente en una estructura administrativa
rígida. Es decir todo va dependiendo del jefe inmediato superior en una escala
ascendente hasta llegar a la cabeza principal de la empresa.
Por esta razón cuando un líder se queja de su equipo,
debería pensar en lo que está haciendo para tener malos resultados,
especialmente si es el director general.
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