Hace tiempo que deje de hablar de crisis en mis trabajos. La
primera vez lo usé como argumento de falta de ventas, la siguiente vez para
explicar un explosivo crecimiento que tuvimos en publicidad cuando había otros
medios que estaban a punto de quebrar.
Aprendí entonces que aunque si había un cambio, esto no
explicaba si mi situación personal iba a ser mala o buena.
El problema es que la palabra crisis nos confunde a todos y
es porque habla de un sistema. Es decir un organismo entra en crisis durante
una enfermedad ya sea para empeorar o para mejorar, la palabra crisis habla de
momentos decisivos en una situación, aunque generalmente se refiere a aspectos negativos. Por ejemplo,
cuando en un equipo de fútbol ocurren cambios que fortalecen al equipo y lo
llevan a un campeonato, no se habla de crisis, aunque estén viviendo un momento
decisivo.
Pero eso en momentos de turbulencia económica se habla de
crisis, porque pueden significar cambios negativos, por lo que nadie piensa en
los positivos.
Las crisis las debemos de ver desde una perspectiva
individual, desde ahí la palabra correcta quizás debería ser caos. Es decir hay
cambios erráticos impredecibles que darán por consecuencia un nuevo orden. Es
decir habrá ganadores y perdedores.
Si vemos la crisis como caos y a éste como un proceso para
crear un nuevo orden de las cosas, entonces lo obvio es buscar una mejor
posición en ese orden , es decir actuar en la turbulencia económica y no
ocultarse y esperar a que la tormenta amaine para hacer un recuento de las
pérdidas.
En este vídeo un testimonio de cómo las crisis genera
ganadores, paradójicamente las marcas de lujo.
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