La actitud emprendedora no es una carencia en los países con problemas de desarrollo. En México, por ejemplo existen 4.8 millones de microempresas, frente a sólo 10 mil empresas grandes.
El emprendimiento es una cualidad de los seres vivos que responde a una necesidad de supervivencia y que en muchos casos lo vemos como cacería. Sin embargo en la civilización hemos confundido esta cualidad dando lugar a la existencia incomprensible del desempleo. Es decir algunos esperan al jefe de la horda para que les digan que puesto va a ocupar en la próxima cacería.
Pero en la medida en que este jefe no llega a contratarnos entonces surge esa necesidad que nos impulsa a “cazar “algo para sobrevivir. Esta necesidad urgente llena las calles de empresarios que luchan a diario por obtener alguna forma de ingreso.
El gran reto que tenemos como sociedad y como individuos no es quitar esa actitud emprendedora, si no superar esta fase de supervivencia para pasar a una de crecimiento. Esto nos ha estado definiendo como sociedad en el orbe mundial y nos convierte en subdesarrollados, es decir en entes que se han suspendido su crecimiento en fases muy tempranas de desarrollo.
Esto exige un cambio de mentalidad en donde la innovación juega un papel fundamental: abandonar la actitud de hacer lo que hacen los demás para buscar aquello que nadie está haciendo a pesar de que el consumidor lo requiere.
El emprendimiento es una cualidad de los seres vivos que responde a una necesidad de supervivencia y que en muchos casos lo vemos como cacería. Sin embargo en la civilización hemos confundido esta cualidad dando lugar a la existencia incomprensible del desempleo. Es decir algunos esperan al jefe de la horda para que les digan que puesto va a ocupar en la próxima cacería.
Pero en la medida en que este jefe no llega a contratarnos entonces surge esa necesidad que nos impulsa a “cazar “algo para sobrevivir. Esta necesidad urgente llena las calles de empresarios que luchan a diario por obtener alguna forma de ingreso.
El gran reto que tenemos como sociedad y como individuos no es quitar esa actitud emprendedora, si no superar esta fase de supervivencia para pasar a una de crecimiento. Esto nos ha estado definiendo como sociedad en el orbe mundial y nos convierte en subdesarrollados, es decir en entes que se han suspendido su crecimiento en fases muy tempranas de desarrollo.
Esto exige un cambio de mentalidad en donde la innovación juega un papel fundamental: abandonar la actitud de hacer lo que hacen los demás para buscar aquello que nadie está haciendo a pesar de que el consumidor lo requiere.
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