Siempre me ha gustado comparar la estrategia de caza de los animales con las tácticas de ventas. El modo en como caza un águila es distinto a como lo hace una manada de lobos o de los guepardos. Cada uno tiene un estilo diferente y algunos son mucho más efectivos y estratégicos que otros. Pero esta pasión por los estilos me retrasó en el entendimiento de que toda cacería es al final de cuentas en las ventas invasión a la intimidad de los clientes. Y es una invasión nada conveniente para el mercado, pues cazar implica también victimizar al cliente, devorarlo para satisfacer nuestras necesidades.
Así que es tiempo de voltear la mirada hacia nuevas estrategias y en muy poco tiempo me he dado cuenta que las plantas son todo un mundo de tácticas inboud muy interesante y sugestivo: siempre inmóviles y silenciosas, pero con una capacidad impresionante de recursos para atraer alimento y vehículos de reproducción.
Sólo echemos una miradita a lo que hacen las orquídeas para reproducirse. Esto dice Fotonatura:
La mayoría de las orquídeas están adaptadas a la fecundación cruzada mediante unos procesos precisos y complejos que compensan el escaso número de visitas que realizan los insectos polinizadores. …los sistemas para atraer a los polinizadores son variados y a veces espectaculares. Pueden agruparse en tres tipos o modelos básicos: a) ofreciendo alimento al polinizante (néctar), b) imitando a otras flores con abundante alimento (en aquellas desprovistas de néctar) y, c) mediante atracción sexual a través de señales olfativas o visuales. Encuadradas en este último tipo, algunas orquídeas han hecho de su labelo una réplica exacta del cuerpo de las hembras de varios insectos, produciendo incluso, aromas de atracción sexual específicos de la especie feromonas . La imitación es tan perfecta que éstos intentan copular con la falsa hembra, llevándose consigo los polinios, que dejarán depositados sobre la superficie estigmática de la siguiente falsa hembra que visite, y que entonces quedará fecundada.
El primer modelo es sin duda una estrategia ganar-ganar que debería tener toda propuesta de negocio a largo plazo.
Curiosamente las otras dos estrategias se practican también de forma frecuente.
¿Cuántas veces hemos visto a tiendas de muebles o de cervezas que atraen al público con guapas bailarinas que se lucen en la entrada de los negocios? Los restaurantes por su parte hacen unos atractivos menús con fotografías maravillosas de sus platillos. Tanto que cuando llega la realidad en la bandeja de la mesera sentimos una ruptura emocional.
Aunque cuestionables los métodos, la lecciones son claras
1. Ofrece algo que el cliente quiera
2. Haz tu oferta tan atractiva que sea irresistible
3. Convierte a tu empresa en un objeto de deseo
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