El periodista de La Jornada, Luis Hernández Navarro, pone el dedo en la llaga:
“El conjunto de materiales filtrados por Wikileaks tiene unas 300 millones de palabras. La Biblia tiene unas 780 mil palabras. Manejar un volumen de información de esta magnitud, buscarla, ordenarla, ponerla en contexto, encontrar historias atractivas y pertinentes, es un reto muy grande. Por principio de cuentas, es una demostración de que quienes aseguraron que con las redes sociales el periodismo ha dejado de tener razón de ser están profundamente equivocados. Sólo el periodismo puede darle sentido a una información tan extensa y compleja.”
Es importante comprender el sentido de esta reflexión: el profesional del periodismo tiene una clara función en la sociedad que de ningún modo puede ser sustituida por las actividades informativas de algunos miembros de las redes sociales. Precisamente hace unas semanas Hp patrocinó el estudio “Trends in Social Media Persistence and Decay” en donde demuestra que son sólo unos cuantos los emisores de información nueva que trasmite en Twitter, el cual funciona más bien como una especie de amplificador de información, siendo estos emisores en su mayoría fuentes de noticias de medios tradicionales.
Esto significa que quienes están generando las noticias han sido y seguirán siendo los periodistas. Las redes sociales son un fenómeno social que está provocando que la gente comparta y seleccione la información que le interesa, sin importar mucho el orden informativo que propongan estos medios. En momentos críticos estos usuarios se pueden convertir en periodistas ciudadanos que trasmiten información, en donde se gana en oportunidad, pero no en profesionalismo.
Pero lo anterior no quiere decir que el periodismo no esté amenazado. El buen periodismo afronta graves problema generados por la crisis del modelo de negocio basado en la publicidad, por un desinterés de su papel en la sociedad, por la crisis política, por la pérdida de espacios legítimos en el país, por la censura que es cada vez más visible.
Esto necesariamente debe llevar a una reflexión a los periodistas, los dueños de los medios de información y a la sociedad misma, todos debemos de preocuparnos para encontrar una forma de protección al quehacer profesional y nuevas vías financiamiento independiente para que el periodismo cumpla su razón de ser principal: la búsqueda de la verdad.
“El conjunto de materiales filtrados por Wikileaks tiene unas 300 millones de palabras. La Biblia tiene unas 780 mil palabras. Manejar un volumen de información de esta magnitud, buscarla, ordenarla, ponerla en contexto, encontrar historias atractivas y pertinentes, es un reto muy grande. Por principio de cuentas, es una demostración de que quienes aseguraron que con las redes sociales el periodismo ha dejado de tener razón de ser están profundamente equivocados. Sólo el periodismo puede darle sentido a una información tan extensa y compleja.”
Es importante comprender el sentido de esta reflexión: el profesional del periodismo tiene una clara función en la sociedad que de ningún modo puede ser sustituida por las actividades informativas de algunos miembros de las redes sociales. Precisamente hace unas semanas Hp patrocinó el estudio “Trends in Social Media Persistence and Decay” en donde demuestra que son sólo unos cuantos los emisores de información nueva que trasmite en Twitter, el cual funciona más bien como una especie de amplificador de información, siendo estos emisores en su mayoría fuentes de noticias de medios tradicionales.
Esto significa que quienes están generando las noticias han sido y seguirán siendo los periodistas. Las redes sociales son un fenómeno social que está provocando que la gente comparta y seleccione la información que le interesa, sin importar mucho el orden informativo que propongan estos medios. En momentos críticos estos usuarios se pueden convertir en periodistas ciudadanos que trasmiten información, en donde se gana en oportunidad, pero no en profesionalismo.
Pero lo anterior no quiere decir que el periodismo no esté amenazado. El buen periodismo afronta graves problema generados por la crisis del modelo de negocio basado en la publicidad, por un desinterés de su papel en la sociedad, por la crisis política, por la pérdida de espacios legítimos en el país, por la censura que es cada vez más visible.
Esto necesariamente debe llevar a una reflexión a los periodistas, los dueños de los medios de información y a la sociedad misma, todos debemos de preocuparnos para encontrar una forma de protección al quehacer profesional y nuevas vías financiamiento independiente para que el periodismo cumpla su razón de ser principal: la búsqueda de la verdad.
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