Estrategias de mercadotecnia en un entorno en donde la atención no existe

Ante el mundo sobresaturado en el que vivimos, la competencia por ocupar un lugar, aunque sea mínimo, en la mente de los consumidores es cada vez más difícil, sobre todo para aquellas empresas que no cuentan con recursos para inundar de anuncios los medios electrónicos y los espectaculares.

El reto es difícil pues en el reducido espacio de la mente del consumidor se presentan una interesante paradoja: entre más información no solicitada llegue al consumidor, menos atención pone a estos estímulos.

Aunque no está del todo comprobado -como causa única- se sospecha que el exceso de exposición a medios electrónicos como la televisión provoca déficit de atención en la gente. Si esto ya ocurre con un solo medio, el efecto es peor con la conectividad casi permanente que nos facilitan los dispositivos móviles. Investigadores alertan que esta hiperconectividad está causando efectos impactantes en nuestro cerebro, al que no le estamos dando tiempo de procesar toda la información que recibimos.

Alvin Toffler el autor del libro El shock del futuro hace una interesante reflexión al respecto: “No creo que la cuestión sea demasiada información. Más importante es la sobrecarga de decisiones. Creemos que las personas, o las organizaciones, sólo pueden tomar tantas decisiones competentes en un determinado período. Hasta que no cambiemos nuestra biología, existen algunos límites fijos respecto de la velocidad a través de la cual cada uno de nosotros procesa la información”.

Bajo esta perspectiva, es sumamente débil lo que hacen las empresas pequeñas y medianas al publicar un anuncio en una revista o periódico, subir un banner en algún sitio web que les guste o lanzar ofertas en Twitter. Los responsables de mercadotecnia de estas empresas están obligados a reconsiderar sus esfuerzos, creando nuevas estrategias en donde se piense en una campaña que haga sinergia con los diferentes recursos disponibles y sobre todo, que se haga una propuesta de valor para el público potencial.

La palabra “campaña” puede también generar reticencia en los presupuestos apretados de las PYMEs, pero esto no quiere decir que signifique mayor gasto. No debemos olvidar que estamos en los tiempos del web 2.0, en donde es más importante el conocimiento que el dinero, el apoyo del consumidor que el diseño llamativo, la fidelidad del cliente que las declaraciones de calidad.

De lo que se trata es de crear una propuesta de valor para el mercado objetivo y difundirla con mucha transparencia y honestidad a este mercado, empleando todos los medios disponibles y consultados por los clientes potenciales.

Es muy curioso como las noticias influyen en algunos tomadores de decisiones de presupuestos de mercadotecnia que no cuentan con recursos para evaluar sus esfuerzos de publicidad. Si las noticias dicen que los medios impresos están desapareciendo y sus compañeros de trabajo y amigos en efecto ya no leen prensa escrita, entonces, sin más, deciden ya no utilizar la prensa escrita para sus campañas de publicidad, sin realmente sondear a su público para entender si ellos tampoco están leyendo medios impresos. Lo mismo ocurre con el fenómeno de los banners ciegos en los sitios web o el socorrido tema del retorno de publicidad.

Aunque es innegable el valor de estos tópicos, las decisiones deben de tomarse con mayor cuidado, pues cada mercado presenta peculiaridades específicas que no necesariamente siguen las tendencias globales. Irónicamente lo único que se pude de algún modo generalizar es nuestra propia condición humana, que es prácticamente la misma en cualquier lugar del planeta y desde hace millones de años: los humanos sólo percibimos lo que nos interesa y muchas

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