Es curioso como algunas empresas están entrando al juego de la mercadotecnia en el web sin estar totalmente convencidas de lo que hacen; es curioso también que en el otro extremo haya empresas que entran al juego esperando que cientos y hasta miles de prospectos se pongan en contacto de inmediato con ellos.
La verdad es que los beneficios no son del todo claros para la mayoría, pero lo que es un hecho es que, de algún modo, la mayoría de las empresas ya están en las redes sociales, aun sin entender su funcionamiento o probablemente sin estar enterados. Al igual que en el mundo real, en el virtual los vínculos con los contactos se entretejen en una compleja red de relaciones en donde se gana o pierde terreno en correspondencia directa con la confiabilidad, transparencia y consistencia de quienes manipulan su imagen.
Hace unas semanas un empresario, amigo mío, me preguntó ¿debo estar en las redes sociales? ¿crees que tengo que hacer algo más que publicar mi sitio en internet?
-“No lo sé –le respondí-, Depende de tu mercado objetivo...Pero dime, cuándo necesitas alguna información de algo ¿en dónde buscas primero?
-“En Google” –replicó.
Luego le pregunté: “¿Sabes que ayer me enteré que contrataste a un nuevo director de ventas” Me miró con ojos de sorpresa como diciendo “¿Cómo lo sabes?” Sin darle tiempo a decirlo agregué: “esa persona es mi contacto en LinkedIn y lo puso en su perfil. También me enteré que hace unos días recibiste un reconocimiento de una marca prestigiada por tus resultados de venta, esto lo supe al instante porque alguien de tu empresa –no te voy a decir quien- lo dio a conocer en Twitter, quien además publicó las fotos de la ceremonia en Facebook, guapa la edecán ¿eh?”.
-¿Contesté tus preguntas? –añadí.
-“Creo que sí –respondió y entre carcajadas agregó-, pero la verdad es que no me esperaba esta respuesta”.
La verdad es que los beneficios no son del todo claros para la mayoría, pero lo que es un hecho es que, de algún modo, la mayoría de las empresas ya están en las redes sociales, aun sin entender su funcionamiento o probablemente sin estar enterados. Al igual que en el mundo real, en el virtual los vínculos con los contactos se entretejen en una compleja red de relaciones en donde se gana o pierde terreno en correspondencia directa con la confiabilidad, transparencia y consistencia de quienes manipulan su imagen.
Hace unas semanas un empresario, amigo mío, me preguntó ¿debo estar en las redes sociales? ¿crees que tengo que hacer algo más que publicar mi sitio en internet?
-“No lo sé –le respondí-, Depende de tu mercado objetivo...Pero dime, cuándo necesitas alguna información de algo ¿en dónde buscas primero?
-“En Google” –replicó.
Luego le pregunté: “¿Sabes que ayer me enteré que contrataste a un nuevo director de ventas” Me miró con ojos de sorpresa como diciendo “¿Cómo lo sabes?” Sin darle tiempo a decirlo agregué: “esa persona es mi contacto en LinkedIn y lo puso en su perfil. También me enteré que hace unos días recibiste un reconocimiento de una marca prestigiada por tus resultados de venta, esto lo supe al instante porque alguien de tu empresa –no te voy a decir quien- lo dio a conocer en Twitter, quien además publicó las fotos de la ceremonia en Facebook, guapa la edecán ¿eh?”.
-¿Contesté tus preguntas? –añadí.
-“Creo que sí –respondió y entre carcajadas agregó-, pero la verdad es que no me esperaba esta respuesta”.
Comentarios