¿Cuántas ventas no se cierran porque el vendedor no cree en su propia propuesta? ¿Cuántos buenos negocios dejan de crearse porque quien lo imagino no está seguro de que será una buena idea? ¿Cuántos proyectos no se realizan por falta de fe?
A veces he pensado que todo lo que nos rodea no está formado por las mejores ideas que se han imaginado, si no por la concreción de los proyectos de los audaces. Estoy convencido de que nuestro mundo sería mejor si la gente se sintiera más segura de si misma y continuara sus proyectos no con la convicción de que son perfectos desde su concepción, si no de que lo serán en la medida en el que el trabajo diario vaya buscando el modo de convertirlos en una obra perfecta.
A veces he pensado que todo lo que nos rodea no está formado por las mejores ideas que se han imaginado, si no por la concreción de los proyectos de los audaces. Estoy convencido de que nuestro mundo sería mejor si la gente se sintiera más segura de si misma y continuara sus proyectos no con la convicción de que son perfectos desde su concepción, si no de que lo serán en la medida en el que el trabajo diario vaya buscando el modo de convertirlos en una obra perfecta.
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