Los emprendedores con pequeñas empresas que quieran crecer sin ser maquiladores o empleados -con uniforme de empresarios- en alguna franquicia, tendrán que estar conscientes que son rebeldes en un mundo ordenado y establecido, gobernado por las marcas líderes.
El cliente, como cualquier ser humano ordena su mundo a partir de una serie de simples símbolos que le ayudan a ordenar el caos de la realidad. Estos símbolos filtran la realidad y nos permiten movernos en un mundo más fácil de entender, en donde lo cercano y lo lejano, lo alto y lo bajo, lo claro y lo oscuro, lo bueno y lo malo están perfectamente claros y ordenan nuestro entrono. Muchas veces son las marcas las que ocupan esos símbolos. Ante cualquier decisión que necesitemos tomar, las marcas nos ayudan a definir lo que es confiable y lo que no, lo que es bueno y lo que no, lo que es poderoso o débil. No importa como son las cosas en la realidad, nosotros decidimos con base en lo que creemos de las marcas y eso es suficiente para darnos la certeza que necesitamos para vivir.
Así que una marca que no es líder está para la gran mayoría del lado de lo oscuro, de lo bajo, de lo lejano, de lo no confiable, de lo débil. Y dado que lo que la gente cree es más importante que las cosas en su realidad, no importa mucho las características de un producto, importa más lo que la gente piensa de éste.
Ante este escenario un pequeño empresario, con recursos limitados para marcar con mensajes publicitarios la percepción de sus clientes, tiene que actuar como un rebelde social. Convertirse en la otra opción, en la alternativa para los que no quieres ser o no son como la mayoría, buscar esos pequeños espacios de la cultura subterránea, del “snob” del kitsch, o de las llamadas tribus o cualquier grupo social que pueda elegir una marca alternativa a la dominante.
Junto con sus clientes los pequeños empresarios podrán buscar posicionar sus productos como símbolos y buscar crecer para convertirse en el grupo dominante que determine el orden del sistema. En ese momento se convertirán en lo que querían ser.
Esto significa, a mi modo de ver, que los empresarios PYME requieren tener convicciones, conductas y tácticas rebeldes, de renegados del sistema que tratan de buscar sus propios espacios. Por supuesto me refiero al branding, no a convertirse en empresarios del mercado informal.
El cliente, como cualquier ser humano ordena su mundo a partir de una serie de simples símbolos que le ayudan a ordenar el caos de la realidad. Estos símbolos filtran la realidad y nos permiten movernos en un mundo más fácil de entender, en donde lo cercano y lo lejano, lo alto y lo bajo, lo claro y lo oscuro, lo bueno y lo malo están perfectamente claros y ordenan nuestro entrono. Muchas veces son las marcas las que ocupan esos símbolos. Ante cualquier decisión que necesitemos tomar, las marcas nos ayudan a definir lo que es confiable y lo que no, lo que es bueno y lo que no, lo que es poderoso o débil. No importa como son las cosas en la realidad, nosotros decidimos con base en lo que creemos de las marcas y eso es suficiente para darnos la certeza que necesitamos para vivir.
Así que una marca que no es líder está para la gran mayoría del lado de lo oscuro, de lo bajo, de lo lejano, de lo no confiable, de lo débil. Y dado que lo que la gente cree es más importante que las cosas en su realidad, no importa mucho las características de un producto, importa más lo que la gente piensa de éste.
Ante este escenario un pequeño empresario, con recursos limitados para marcar con mensajes publicitarios la percepción de sus clientes, tiene que actuar como un rebelde social. Convertirse en la otra opción, en la alternativa para los que no quieres ser o no son como la mayoría, buscar esos pequeños espacios de la cultura subterránea, del “snob” del kitsch, o de las llamadas tribus o cualquier grupo social que pueda elegir una marca alternativa a la dominante.
Junto con sus clientes los pequeños empresarios podrán buscar posicionar sus productos como símbolos y buscar crecer para convertirse en el grupo dominante que determine el orden del sistema. En ese momento se convertirán en lo que querían ser.
Esto significa, a mi modo de ver, que los empresarios PYME requieren tener convicciones, conductas y tácticas rebeldes, de renegados del sistema que tratan de buscar sus propios espacios. Por supuesto me refiero al branding, no a convertirse en empresarios del mercado informal.
Comentarios
Gracias!
¿Todo un reto no? Si estudiamos un poco de historia en las guerras los ejércitos que están en desventaja y que logran éxito en efecto no trata de emular las tácticas de los grandes, las estudias y las recrean.
Saludos y gracias por tus comentario