El mundo de los átomos, del ver, oír, oler tocar y manipular sigue siendo fundamental no sólo para lograr hacerle llegar el mensaje al cliente o prospecto - sobre todo aquel que prefiere la interacción con el mundo real para conocer nuevos proyectos-, el entorno de los objetos es también determinante para crear una imagen
en nuestro destinatario.
Por supuesto no es lo mismo entregar una cotización a nuestros clientes vía fax, que en su propia mano. Hay que pensar un poco en la imagen que estamos proyectando al enviar por fax una propuesta. La pobreza de color, el olor, la forma de recortarlo engraparlo, la calidad del tóner. Son muchos los factores que van en contra de la imagen de nosotros cuando queremos hacer uso de esa casi obsoleta pero cómoda herramienta de comunicación.
Pero demos un paso más allá. ¿Qué pasa con los miles de folletos impersonales y quizá desactualizados que tenemos para entregar a nuestros clientes? ¿Qué hacen los ejecutivos de venta? ¿Anotan su nombre y correcciones en el impreso? ¿Colocan una etiqueta? ¿Prefieren no decir nada y entregan el mensaje desactualizado?
La colección inacabable de retos que nos impone el mundo físico es tan amplia que provoca que no sean pocos los que se han inclinado por la comunicación digital, pues en ella se logra un mayor control del color, la calidad y la actualización.
Pero el mundo no es como nos gusta, así que muy a nuestro pesar todavía estamos obligados a crear mensajes impresos y, si queremos que el cliente conserve una buena imagen de nosotros, éstos deben de ser de alta calidad
Esto implica un dilema hasta hace poco sin solución: o imprimíamos mensajes con calidad offset, corriendo el riesgo de la pérdida de la actualización y costos altos por los largos tirajes. O nos inclinábamos por impresiones digitales con calidad relativa y poca versatilidad, generalmente mal acabados o inacabados.
Para nuestra fortuna la tecnología crea nuevos productos más rápido de lo que imaginamos, de modo tal que lo que hay en el mercado casi siempre no refleja lo que las nuevas tecnologías permiten. Este es el caso de la impresión digital, la cual ha evolucionado a tal grado que ya no es posible para cualquiera distinguir entre la calidad la impresión en offset y la digital. La calidad de esta nueva tecnología es a tal grado que incluso se comercializa para producir libros de fotografías (véase foto)
Este cambio nos permite aprovechar esta tecnología con beneficios adicionales además del tiraje: la personalización tanto de datos como de imágenes. Esto significa que ahora no sólo puedo imprimir sólo lo que necesite, sino que además los límites están en mi capacidad de imaginar lo que puedo hacer mezclando mis propias bases de datos de mis clientes con los mensajes que quiero comunicar.
¿Quién lo hace?
Comentarios
Sobre este artículo pienso que la gente ya esta cansada de la comunicación escrita o impresa.... cada día en cada esquina nos llenan de miles de volantes que muchos de ellos no sirven para nada porque ni los leemos y solo los tiramos. La comunicación impresa, escrita de imagenes debe de etener una revolución total para que llame la atención en la gente y vuelva a tener la importacnia que tuvo en sus inicios cuandos siempre nos enterabamos por todo, por medio escrito. no lo crees???
Saludos.
La verdad es que sí. Los volantes son una lata y duran 2 segundos, si no es que 0, en convertirse en basura. Estos son los mejores ejemplos de comunicaciones impresas de mala calidad, sin enfoque e invasivas.
Pero es un hecho que a un importante porcentaje de la gente se le puede tener acceso solo por vía impresa y por lo tanto es un recurso indispensable para lograr objetivos de venta
En este sentido es cuando la calidad y la personalización son factores fundamentales para lograr que el mensaje no sólo se lea, si no que impacte.
Gracias por tus comentarios
http://alfonsogadea.blogspot.com/2010/04/comunicacion-y-calidad-total.html