Sueña, trabaja, desea, combínalo con algunos secretos profesionales y tendrás el éxito asegurado. No hay ningún secreto ni nada mágico en ello. Es una fórmula precisa, como las matemáticas.
Más o menos eso estas son las palabras lo que escuché la semana pasada, en un día prolífico en conferencias, propuestas y chistes malos y buenos. Por supuesto el conferencista no reveló en que consistían esos secretos profesionales, pero en definitiva éstos son los elementos que aparecen como determinantes de la fórmula. Si no, pensemos un poco en los dueños de Coca-Cola.
El asunto es que la fórmula tiene mucho sentido. Casi siempre nos enfocamos en encontrar esos secretos profesionales, pensando que el soñar, trabajar y desear son hechos dados, pero no es así. Si lo reflexionamos estos elementos lo podemos sintetizar en energía, en pasión, en optimismo, o -quizá mejor- en espíritu empresarial.
No todo mundo tiene esas cualidades y puede conservarlas de forma, regular, consistente y bajo cualquier circunstancia. De hecho, cuando un empresario deja de soñar, trabajar y desear, está abriéndole las puertas al fracaso.
Lo interesante es que esta frase la expresó un hombre que podría decirse que forma parte de la misma especie de hombres a la que pertenece Bill Gates. Claro, comparándolo sin dejar de tomar en cuenta las grandes diferencias que hay en los entornos en los que se desenvolvieron cada uno de ellos.
René Martín Torres es un nerd exitoso a la mexicana, delgado, bajito y por momentos de estilo un poco desparpajado, pero con una energía que logró que esa imagen dejara de ser importante para los demás y se ganó el entusiasmo de todos, quizá como lo ha logrado en su empresa Computación en Acción. Contagió energía y casi nos hizo sentir lo que es tener ganas, que según explicó es una palabra muy propia de nosotros pues no hay traducción precisa a otros idiomas de esta sensación.
Otra personaje que se invadió por esta energía fue la impartida por José Medina Mora, director de Compusoluciones, quien fue invitado a impartir una conferencia magistral porque esta empresa resultó ganadora del primer lugar del segmento de empresas de TI de la “Mejor Empresa para Trabajar” de la revista Mundo Ejecutivo en 2008. Esto significa que estuvo por arriba de empresas establecidas en México con grandes sueldos como HP, IBM, Microsoft o SAP.
Cuando uno escucha a este empresario hablar de la forma y las razones por las que deciden participar en un maratón para beneficiar a personas con capacidades diferentes o el tratamiento de los regalos que les dan a las empleados de su empresa,uno comprende porqué obtuvieron el lugar más importante del sector. Sin duda las personalidades son diferentes pero la energía es la misma que la que emanaba René Martín.
Los líderes políticos tienen carisma, una especie de halo mágico que en ocasiones puede convertirse en una aureola de perversidad y que suele ocultar intenciones que no necesariamente beneficien a sus electores. El liderazgo político tiene que ver con la búsqueda de poder, que es un paso rápido hacia la riqueza y el control del entorno.
El empresario auténtico, el que busca y logra el éxito de forma legítima y desde abajo, no necesariamente tiene carisma, pero si posee un halo de energía que contagia y que es capaz de convencer a los demás para que trabajen para él, que inspira o sus seguidores y que logra construir un equipo que otorga beneficios a todos sus miembros.
Ese es el tipo de liderazgo que puede cambiar a nuestra sociedad.
Más o menos eso estas son las palabras lo que escuché la semana pasada, en un día prolífico en conferencias, propuestas y chistes malos y buenos. Por supuesto el conferencista no reveló en que consistían esos secretos profesionales, pero en definitiva éstos son los elementos que aparecen como determinantes de la fórmula. Si no, pensemos un poco en los dueños de Coca-Cola.
El asunto es que la fórmula tiene mucho sentido. Casi siempre nos enfocamos en encontrar esos secretos profesionales, pensando que el soñar, trabajar y desear son hechos dados, pero no es así. Si lo reflexionamos estos elementos lo podemos sintetizar en energía, en pasión, en optimismo, o -quizá mejor- en espíritu empresarial.
No todo mundo tiene esas cualidades y puede conservarlas de forma, regular, consistente y bajo cualquier circunstancia. De hecho, cuando un empresario deja de soñar, trabajar y desear, está abriéndole las puertas al fracaso.
Lo interesante es que esta frase la expresó un hombre que podría decirse que forma parte de la misma especie de hombres a la que pertenece Bill Gates. Claro, comparándolo sin dejar de tomar en cuenta las grandes diferencias que hay en los entornos en los que se desenvolvieron cada uno de ellos.
René Martín Torres es un nerd exitoso a la mexicana, delgado, bajito y por momentos de estilo un poco desparpajado, pero con una energía que logró que esa imagen dejara de ser importante para los demás y se ganó el entusiasmo de todos, quizá como lo ha logrado en su empresa Computación en Acción. Contagió energía y casi nos hizo sentir lo que es tener ganas, que según explicó es una palabra muy propia de nosotros pues no hay traducción precisa a otros idiomas de esta sensación.
Otra personaje que se invadió por esta energía fue la impartida por José Medina Mora, director de Compusoluciones, quien fue invitado a impartir una conferencia magistral porque esta empresa resultó ganadora del primer lugar del segmento de empresas de TI de la “Mejor Empresa para Trabajar” de la revista Mundo Ejecutivo en 2008. Esto significa que estuvo por arriba de empresas establecidas en México con grandes sueldos como HP, IBM, Microsoft o SAP.
Cuando uno escucha a este empresario hablar de la forma y las razones por las que deciden participar en un maratón para beneficiar a personas con capacidades diferentes o el tratamiento de los regalos que les dan a las empleados de su empresa,uno comprende porqué obtuvieron el lugar más importante del sector. Sin duda las personalidades son diferentes pero la energía es la misma que la que emanaba René Martín.
Los líderes políticos tienen carisma, una especie de halo mágico que en ocasiones puede convertirse en una aureola de perversidad y que suele ocultar intenciones que no necesariamente beneficien a sus electores. El liderazgo político tiene que ver con la búsqueda de poder, que es un paso rápido hacia la riqueza y el control del entorno.
El empresario auténtico, el que busca y logra el éxito de forma legítima y desde abajo, no necesariamente tiene carisma, pero si posee un halo de energía que contagia y que es capaz de convencer a los demás para que trabajen para él, que inspira o sus seguidores y que logra construir un equipo que otorga beneficios a todos sus miembros.
Ese es el tipo de liderazgo que puede cambiar a nuestra sociedad.
Comentarios
Totalmente de acuerdo con el artículo/comentario que expones aquí, sobre todo en el último parrafo.
Pienso de la misma manera que tu, hay de líderes a líderes. No todos los líderes lo son con carisma o son REALMENTE LÍDERES.
Lamentablemente, los líderes políticos son porque así le conviene a la gente que lo sigue, no porque lo sean de corazón, bien sabemos que toda la polpitica se trata de poder, de dinero y de estar por encima de otros.
Pero los líderes reales, que por cierto no hay muchos en México, son los que jalan a todo su equipo a salir a delante y que no se siente más que ellos, es parte de ellos y todos lo consideran así, y que al final triunfe el equipo y toda la gente reciba el mismo reconocimiento, no que se olviden de los artifices del logro, el equipo siendo el líder únicamente el que brille, sino ¿de que serviría ser líder cuando te siguen por conveniecia y no por convicción?
Saludos.