Emprendedores que construyen el futuro

Aunque parezca discurso motivacional, el futuro no comienza el año entrante, ni siquiera el día de mañana. En realidad empieza el siguiente instante que precede al presente, lo que significa que en cada momento de nuestras vidas estamos lidiando con el futuro, utilizando como herramienta al presente que nos ofrece alternativas, con las que terminamos por decidir entre alguna de ellas, inevitablemente.

Visto así, queda claro que el destino no nos alcanza, si no que lo construimos al sumar las decisiones que tomamos en cada segundo de nuestro presente. Como complemento vemos lo que los otros hacen y como sus decisiones nos afectarán también.

Antonio Fumero vuelve a tocar el inquietante tema de la Web de la Nueva Generación y marcar distancias de lo que el mundo empresarial define como el web 3.0:

“Mi empeño en hablar de la Web de Nueva Generación (WebNG), aparte de alejarme de una retórica condenada, por definición, al agotamiento, es destacar lo que yo creo que puede ser un cambio sustancial en la evolución de la Web, como es la plena incorporación de tal infraestructura --como parte de una Red Universal Digital- en el contexto sociotécnico de una nueva generación, la generación de nativos digitales que han crecido con la propia Red. Quizás el siguiente cambio sustancial se produzca cuando tod@s l@s inmigrantes hayamos desaparecido definitivamente, pero no antes”.


Desde una perspectiva lógica, y quizá tecnológica Fumero tiene razón, pero desde una perspectiva humana me parece que no podemos esperar a desaparecer para que se dé esa Red Universal Digital, sobre todo si vemos algunas líneas del artículo en las que se basa para llegar a esa conclusión:

“Cada mes 180 millones de dólares (£94 m) son invertidos en compañías de tecnología que aspiran a cambiar las vidas de cada persona en el planeta. Una combinación de juventud, espíritu empresarial, perspicacia técnica, músculo financiero y el Sueño Americano, condimentado por la utopía de la Costa de Oeste , ha formado una máquina de movimiento perpetuo que conduce el siglo de la información. Los cerebros brillantes de estudiantes y geeks, hombres de negocios y científicos, ángeles inversionistas y capitalistas de empresa se alimentan y prosperan el uno del otro, provocando la clase de electricidad que uno imagina llenó el aire de Inglaterra del norte durante la Revolución Industrial. Un nuevo World Wide web entero está en el horizonte”.


Si se invierte tal cantidad de dinero en cambiar nuestras vidas, como miembros que somos del planeta, considero que no podemos esperar a que este futuro nos llegue –o pero aún, llegue cuando ya no estemos-, si no que de algún modo estamos obligados con nosotros mismos para entender qué es lo que ocurrirá y encontrar el modo de ser parte de este cambio, aunque sea como inmigrantes digitales.

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