Cultura local con mercadotecnia local

¿Qué pasaría si alguno de nuestros autores de la literatura latinoamericana -de los consagrados o de los que esperan serlo- de pronto empezaran a promover alguna marca o producto como ocurre con algunos autores anglosajones de novelas?

En principio esto parece imposible. Y esto lo dice todo. No hay indicios visibles, a ojos no expertos, de que algunos de estos autores, los nuestros, estén ocupados por sus vivencias con la tecnología, la moda y el consumismo, por lo que resulta menos probable que un patrocinador se interese por promover la temática diversa por la que los escritores de habla hispana en América Latina están interesados.

La aparente ausencia de este tema tiene una ventaja, de cual siempre hemos disfrutado: sabemos que cuando abrimos un libro de un autor latinoamericano habrá mucho más expresión artística que comercial. De acuerdo, es una gran ventaja.

Pero si vamos más allá de la literatura.¿Qué pasa con el desarrollo económico? ¿Necesitamos de ese circulo virtuoso económico que se da entre el autor de la novela –que recibe honorarios por publicidad-, el dueño de la marca –que gana porque vende más y el lector -que se siente “feliz” en su mundo de consumo y que además se siente satisfecho de apoyar con su consumo el desarrollo de su paìs? En este círculo de negocio gana hasta el gobierno, pues el dinero fluye y se pagan más impuestos.

Mi punto de vista es que sí lo necesitamos. Las empresas que fabrican productos locales se verían beneficiadas si hubiera un movimiento cultural que las promoviera y viceversa.

El problema de la publicidad entretejida en las novelas de los libros, los programas de televisión, la música y las películas no es sólo un asunto que debe ser cuestionado. Es un tema que podría ser visto con ojos de “ganar-ganar” en un esquema que promueva un circulo virtuoso propio.

El tema no es descabellado, podriamos decir que también tenemos antecetendes en México. Recuerdo una película de Demian Bichir, me parece que es Sexo, Pudor y Lágrimas, pero no lo pude confirmar. El hecho es que en esa película se promueve, a través de un espectacular que en un momento cobra vida, con publicidad de Vicky Form. No es lo máximo pero es un antecedente que nos dice que esto es posible en México también y que hasta puede ser divertido.

Tema polémico, sin duda.

Comentarios

Anónimo dijo…
Muy interesante este punto de vista donde el consumo se mezcla con la alta cultura. Si bien es cierto que el escritor busca crear arte y no publicidad, tambien es cierto que pocos escritores latinoamericanos pueden vivir unicamente de las ventas de sus libros. Y al fin de cuentas el escritor tambien busca vender sus libros. Aunque tambien habria que ver el interes de los empresarios por esta forma de publicidad cuyos mayores resultados se mostrarian al largo plazo y en latinoamerica se buscan por lo general resultados inmediatos.
Gracias Mundo Teen:

La visión a corto plazo de los empresarios es un mal que está predominando en muchas partes. Pero también los hay quienes invierten en proyectos cuyos plazos de recuperación sono superiores a las dos décadas. Proyectos culturales rentables podrían tener un retorno de inversión mucho más rápidos, sobre todo los enfocados precisamente al mundo de los adolescentes cuyas reacciones son espontánteas e inmediatas.

Saludos