Hace más de 25 años que me topé con la comunicación alternativa y me quedé con ella en una investigación que se llevó cinco años de mi vida. Por supuesto fue enriquecedor, pero llegué a la conclusión de que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad y que es una respuesta natural a la comunicación dominante. Existe porque las sociedades no piensan igual, porque siempre hay diferentes formas de pensar, diferentes grupos sociales que tienen sus propias interpretaciones de la realidad y sus necesidades de expresarlo.
Adjetivos como bueno o malo, progresista o retrógrada, revolucionario o reaccionario no ayudan a definirla. Son diferentes según su contexto histórico. La ironía es que cuando una grupo social a través de la comunicación alternativa logra consolidarse en el poder político, entonces se convierte en el discurso dominante y todo queda igual. Habrá otras voces disidentes que necesitarán de la comunicación alternativa.
Había pensado que el tema había sido más relevante décadas atrás porque los medios de comunicación eran masivos, unos cuantos e inaccesibles para la mayor parte de la población. Se hablaba en la década de los 70 de la comunicación masiva dominante.
El advenimiento de las nuevas tecnologías de impresión que abarataron la producción de mensajes y por supuesto la afortunada llegada de internet tendrían que haber sido suficientes para canalizar todas las expresiones de todos los grupos sociales no dominantes y la búsqueda por la comunicación alternativa no tendría que ser importante
Sin embargo esta nota de Bolivia que habla de la necesidad y su definición propia de comunicación alternativa es un indicador de que la discusión no se ha terminado y que fue un error considerar que la solución era solamente tecnológica si no también educativa.
Adjetivos como bueno o malo, progresista o retrógrada, revolucionario o reaccionario no ayudan a definirla. Son diferentes según su contexto histórico. La ironía es que cuando una grupo social a través de la comunicación alternativa logra consolidarse en el poder político, entonces se convierte en el discurso dominante y todo queda igual. Habrá otras voces disidentes que necesitarán de la comunicación alternativa.
Había pensado que el tema había sido más relevante décadas atrás porque los medios de comunicación eran masivos, unos cuantos e inaccesibles para la mayor parte de la población. Se hablaba en la década de los 70 de la comunicación masiva dominante.
El advenimiento de las nuevas tecnologías de impresión que abarataron la producción de mensajes y por supuesto la afortunada llegada de internet tendrían que haber sido suficientes para canalizar todas las expresiones de todos los grupos sociales no dominantes y la búsqueda por la comunicación alternativa no tendría que ser importante
Sin embargo esta nota de Bolivia que habla de la necesidad y su definición propia de comunicación alternativa es un indicador de que la discusión no se ha terminado y que fue un error considerar que la solución era solamente tecnológica si no también educativa.
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