Una herramienta de mercadotecnia selectiva

De acuerdo con lo comentado ayer respecto a la decadencia del correo electrónico como herramienta de mercadotecnia, uno podría entonces preguntarse si es ya material de desecho o tiene alguna esperanza. Aunque no habría razón aparente, la respuesta a esta pregunta podría tener dos desviaciones, una comercial, pues hay muchas empresas metidas en este negocio, y otra emocional, pues no fuimos pocos los comprometidos con la promoción de este recurso.

Desde un punto de vista muy crítico su uso se reducirá paulatinamente a un nicho muy específico: sólo servirá a quien tenga la capacidad de reunir auténticamente las siguientes condiciones:

-Que el remitente tenga algo realmente importante –para el destinatario- que decir.
-Que este nivel de importancia sea además personal y único.
-Que quien lo reciba esté realmente interesado en leer la información.

Si la primera condición no ocurre, el correo electrónico tiene el riesgo de no ser leído y en la medida en que sus costos vayan aumentando por enviar información a destinatarios que nunca recibirán ni leerán el mensaje, el interés por enviarlo irá disminuyendo

Si la información que se desea enviar es importante, pero no implica personalización, el web cuenta con herramientas menos invasivas, como los “feeds” o servicios de alimentación de noticias al escritorio del usuario, que en la medida que vayan popularizándose serán más útiles ya que distinguen la información de una manera muy adecuada y liberarán al correo electrónico de información que -aunque valiosa- a menudo suele ser inoportuna.

-Finalmente si el destinatario ya no está dispuesto a recibir información, los costos de envío, el riesgo de que las empresas emisoras sean calificadas con mala reputación y la imposibilidad de llegar a los buzones por vías no autorizadas por el destinatario, se convertirán en barreras de rentabilidad, lo que hará del correo electrónico un medio mucho menos atractivo de usar.(Por fortuna eso también les pasará a los spammers a quienes nunca les ha importado su reputación).

¿Habría empresas que reunirán todas estas condiciones? Definitivamente sí. Y son aquéllas que han logrado profundizar en el conocimiento de las expectativas y necesidades de sus clientes y que han sido capaces de sistematizar este conocimiento para entregar servicios que hacen felices a sus clientes. Una empresa que ha llegado a este nivel, logrará no sólo aprovechar este recurso, sino que también será una base para hacer más rentable su negocio.

Desde esta perspectiva, la propuesta del correo electrónico como herramienta de mercadotecnia selectiva no es ninguna novedad, de hecho este fue el planteamiento en sus orígenes, pero la tentación de sacar provecho de un medio personalizado, convirtiéndolo -sin escrúpulos, ni recato- en masivo por su gratuidad, la eclipsó.

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