La mayoría de las empresas promotoras del correo electrónico lo niegan...o lo aceptan tímidamente para asegurar de inmediato que aun hay oportunidades. La realidad es que es ya el momento de reconocerlo, el correo electrónico está muriendo como la herramienta de mercadotecnia que hasta ahora ha sido. Quizá en el futuro sobreviva, pero será diferente.
Para los que desde sus orígenes hemos empujado su uso como la herramienta ideal para hacer marketing selectivo y personalizado, la noticia es dura de aceptar, pero el correo electrónico afronta demasiados retos que, profesionalmente hablando, hace necesario reconocer que su uso deberá ser diferente.
Primero los problemas:
-Ante la indiscriminada ambición de empresarios y aventureros sin escrúpulos que emplearon este recurso no como una herramienta selectiva de mercadotecnia, sino como un vehículo de difusión masiva, sin importarles afectar a ISPs y los buzones de sus destinatarios víctimas, la industria ha respondido con una serie de filtros, firewalls, y esquemas antispam que hacen difícil para un empresario no especializado enviar desde su oficina los correos electrónicos a sus clientes.
-Aun a pesar de la dura oposición que afronta, el paso que ha dado AOL para establecer un nuevo esquema de envío que garantice la entrega del correo electrónico a sus destinatarios a cambio de una módica suma, responde a un efecto natural del mercado. La infraestructura por la que corre el mensaje para llegar a su destinatario no es obra de la naturaleza, pasa por una serie de equipos cuyos dueños buscan modelos de negocio que les permita sostener y mejorar esta infraestructura, la gratuidad de este sistema de comunicación es sólo cuestión de tiempo.
-El usuario en el mundo de los negocios está cambiando. El origen de esta herramienta, que fue en una plataforma anterior a windows, era empresarial y su uso fue hacia el interior de las organizaciones. Su invención fue formidable para conectar grupos de trabajo y establecer un sistema de comunicación que podía ser muy directo sin romper la intimidad y el orden jerárquico interno. Con el advenimiento de internet, el ancho de banda y los animaciones multimedia, esta herramienta se convirtió en un medio de comunicación social que en lugar de incrementar la productividad de los grupos de trabajo, la retrasó. Ahora hay empresas que dudan de integrar en los equipos de sus empleados herramientas de correo electrónico y de mensajería instantánea por el riesgo en la productividad que su uso representa.
-El usuario en su dimensión de consumidor ya no lo requiere. La gente, en tanto personas individuales, cuenta con una gama de comunicación más rápida, directa y sociable que el correo electrónico. Ante herramientas como la mensajería instantánea, los celulares e incluso el correo de voz, se hace cada vez más innecesario. Es sorprendente como los ejecutivos jóvenes están más interesados en la dirección del Messenger de sus colegas, que en la dirección del correo electrónico como los ahora ya jurásicos ejecutivos se preocupaban por tener.
-El efecto Spam en los usuarios también afectó. La desconfianza que causa el recibir archivos o correos con nombres de remitentes desconocidos y la enorme cantidad de correo basura que llega a los buzones personales hacen que su efectividad de comunicación sea cada vez menor. No es extraño que nuestros destinatarios amigos no se den cuenta que recibieron un mensaje que probablemente lo leerían, si lo hubieran encontrado entre listas inútiles de basura fastidiosa.
-Nunca lo reconocerán, pero la preocupación de los ISPs por controlar el spam, ha terminado con la certeza de entrega de los correos electrónicos. Ya es práctica común que para garantizar una entrega nuestros destinatarios nos tengan que dar dos direcciones electrónicas y una llamada telefónica para garantizar que la información se ha recibido.
-Para los empresarios bien intencionados que aún piensan que el correo electrónico puede ser una herramienta de intimidad con sus clientes, tendrán que asegurarse de que todos ellos sepan con exactitud quien les envía el mensaje y si están de acuerdo en recibirlo, pues para cualquier destinatario es muy sencillo reportar el correo recibido como proveniente de un spammer y dañar la reputación que con años la empresa se ha labrado.
Demasiados retos ¿no le parece?
Mañana, la nueva cara potencial en mercadotecnia del correo electrónico.
Para los que desde sus orígenes hemos empujado su uso como la herramienta ideal para hacer marketing selectivo y personalizado, la noticia es dura de aceptar, pero el correo electrónico afronta demasiados retos que, profesionalmente hablando, hace necesario reconocer que su uso deberá ser diferente.
Primero los problemas:
-Ante la indiscriminada ambición de empresarios y aventureros sin escrúpulos que emplearon este recurso no como una herramienta selectiva de mercadotecnia, sino como un vehículo de difusión masiva, sin importarles afectar a ISPs y los buzones de sus destinatarios víctimas, la industria ha respondido con una serie de filtros, firewalls, y esquemas antispam que hacen difícil para un empresario no especializado enviar desde su oficina los correos electrónicos a sus clientes.
-Aun a pesar de la dura oposición que afronta, el paso que ha dado AOL para establecer un nuevo esquema de envío que garantice la entrega del correo electrónico a sus destinatarios a cambio de una módica suma, responde a un efecto natural del mercado. La infraestructura por la que corre el mensaje para llegar a su destinatario no es obra de la naturaleza, pasa por una serie de equipos cuyos dueños buscan modelos de negocio que les permita sostener y mejorar esta infraestructura, la gratuidad de este sistema de comunicación es sólo cuestión de tiempo.
-El usuario en el mundo de los negocios está cambiando. El origen de esta herramienta, que fue en una plataforma anterior a windows, era empresarial y su uso fue hacia el interior de las organizaciones. Su invención fue formidable para conectar grupos de trabajo y establecer un sistema de comunicación que podía ser muy directo sin romper la intimidad y el orden jerárquico interno. Con el advenimiento de internet, el ancho de banda y los animaciones multimedia, esta herramienta se convirtió en un medio de comunicación social que en lugar de incrementar la productividad de los grupos de trabajo, la retrasó. Ahora hay empresas que dudan de integrar en los equipos de sus empleados herramientas de correo electrónico y de mensajería instantánea por el riesgo en la productividad que su uso representa.
-El usuario en su dimensión de consumidor ya no lo requiere. La gente, en tanto personas individuales, cuenta con una gama de comunicación más rápida, directa y sociable que el correo electrónico. Ante herramientas como la mensajería instantánea, los celulares e incluso el correo de voz, se hace cada vez más innecesario. Es sorprendente como los ejecutivos jóvenes están más interesados en la dirección del Messenger de sus colegas, que en la dirección del correo electrónico como los ahora ya jurásicos ejecutivos se preocupaban por tener.
-El efecto Spam en los usuarios también afectó. La desconfianza que causa el recibir archivos o correos con nombres de remitentes desconocidos y la enorme cantidad de correo basura que llega a los buzones personales hacen que su efectividad de comunicación sea cada vez menor. No es extraño que nuestros destinatarios amigos no se den cuenta que recibieron un mensaje que probablemente lo leerían, si lo hubieran encontrado entre listas inútiles de basura fastidiosa.
-Nunca lo reconocerán, pero la preocupación de los ISPs por controlar el spam, ha terminado con la certeza de entrega de los correos electrónicos. Ya es práctica común que para garantizar una entrega nuestros destinatarios nos tengan que dar dos direcciones electrónicas y una llamada telefónica para garantizar que la información se ha recibido.
-Para los empresarios bien intencionados que aún piensan que el correo electrónico puede ser una herramienta de intimidad con sus clientes, tendrán que asegurarse de que todos ellos sepan con exactitud quien les envía el mensaje y si están de acuerdo en recibirlo, pues para cualquier destinatario es muy sencillo reportar el correo recibido como proveniente de un spammer y dañar la reputación que con años la empresa se ha labrado.
Demasiados retos ¿no le parece?
Mañana, la nueva cara potencial en mercadotecnia del correo electrónico.
Comentarios
EL problema con el SPAM es como el de cualquier actividad no legal, las reglas del "deber ser" nadie las respeta.
Saludos