Predicciones en mercadotecnia

A veces los gurús se pasan. Y no pocas veces. Quizá no sea negocio, pero alguna empresa debería de llevar la contabilidad del margen de error de las predicciones de los “grandes maestros intelectuales del mundo”. La cifra podría ser enorme. (Propongo el nombre, gratis, sin derechos de marca, guruprecision.com.) El caso más patético, que en este momento recuerdo, fue en el 2000, cuando muchos grandes visionarios hablaban de la inminente llegada de la economía 2.0. Han pasado seis largos años y muchos sinsabores. Los que fueron embarcados en negocios digitales perdieron mucho dinero y otros tantos se decepcionaron después de que pagaron altos costos por sitios web inútiles y mercadotecnia electrónica cercana a la charlatanería.

La economía digital llegó, pero de una forma muy diferente a como los grandes maestros la habían anunciado. Cuando menos en muchos países llegó en forma de crisis. Vía, por ejemplo, el offshoring, que ha devaluado muchos trabajos profesionales y los ha llevado a otras latitudes. Pero ni la gente se arremolinó en los sitios web para comprar en línea, ni las empresas que no se subieron al web, perecieron.

Creer todo lo que dicen los gurús tal y como lo dicen, es altamente riesgoso y habría que desarrollar una habilidad para leerles entre líneas. Yo sugiero una muy pueblerina, pero altamente efectiva. Lleva las predicciones a tu cartera o al estado financiero de tus negocios. Si en tus proyecciones pierdes dinero con tus clientes actuales, no le entres, cuando menos no le entres a la primera. En la nueva economía conseguir nuevos clientes está en chino, o mas bien, se van con los chinos. Otra más sencilla, casi estúpidamente obvia es la confrontación con tu realidad (obsérvese que no escribi “la” realidad, que es un término abstracto). Si algunas empresas, ya desaparecidas, del área de servicios de aplicación de diseño gráfico se hubieran preocupado menos por su presencia en el web y más por su realidad, quizá todavía existirían, pues la “nueva economía” les llegó por la puerta del frente con tecnologías emergentes por la que los clientes les preguntaban todos los días y ellos despreciaron.

Así como hace seis años los gurús hablaban de la “nueva economía”, hoy otros igual de visionarios hablan de la autogeneración de contenido por el público y el declive de los medios tradicionales. Pero cuando yo transito por la calle y veo lo que los puestos de periódicos ofrecen y observo lo que la gente lee o con lo que se entretiene, estas sesudas predicciones se matizan En mis paseos por mi realidad encuentro de todo, tanto los que “parlotean” con sus celulares, como lo que leen periódicos y –oh sorpresa- hasta libros. Pocos por cierto leen revistas, y los que he visto leen solamente revistas de “personalidades”, mal término medios impresos que se dedican a mejorar la imagen de políticos en problemas. Nada que decir de la televisión, que es casi un ente omnipresente que se encuentra en comercios formales e informales, taxis y hasta en las oficinas.

En mi opinión no desaparecerán los medios que generan su propio contenido, pues aun conservan una imagen de autoridad y conocimiento respecto al tema que tratan. Sería como pensar que van a desaparecer los doctores porque ahora hay sitios de amigos a los que les puedo preguntar por un remedio para combatir el insomnio o las enfermedades respiratorias.. Las redes sociales que generan contenido por sí mismas ocuparán, desde el punto de vista de la mercadotecnia, una posición dentro del abanico de opciones con la cuentan las empresas para promover sus productos y servicios y el papel de los mercadólogos seguirá siendo el de identificar cual de todas las herramientas disponibles es ideal para conectarse con el interés del auditorio al que quieran venderles.

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