Acabamos de publicar una idea de publicidad tipo guerrilla en Artegrafias RP. Ahí se comenta la reflexión que hace Arturo de Albornoz,de quien conocimos este concepto y la fotografía publicada, respecto a los permisos que podrían requerirse en México para hacer uso de esta idea.
Dice de Albornoz:
"Aún no me toca ver algo así en México, pero no estoy seguro de si hay alguna regulación acerca de utilizar las banquetas como espacios publicitarios, similar a la regulación con mantas en los puentes peatonales donde, además de que la manta es inmediatamente removida, si te cachan eres remitido a las autoridades"
Este tipo de preocupaciones por la legalidad está muy asociada con las prácticas de la "guerrilla marketing". En realidad si fueramos muy estrictos con el término a fin de cuentas es una táctica que ataca las estructuras vitales del enemigo para desestabilizarlo, mediante incursiones sorpresivas y escurridizas. Una táctica de guerrilla es difícilmente legal.
El problema es que a diferencia de un grupo revolucionario que se pueden ocultar en las montañas para huir de la autoridad, los ejecutores de la guerrilla marketing, por el contrario, lo que quieren es ser localizados, para ello hacen mercadotecnia. Independientemente de lo correcto o no del término "guerrilla", en realidad la legalidad es un tema en México que, como en muchos ámbitos, desmotiva la creatividad y el uso potencial de recursos alternativos. El problema no es que exista la regulación. Si somos civilizados tenemos que aceptar que haya normas superiores a nuestras expectativas individuales. El asunto es que esto sólo se le aplique a las empresas privadas y no a los políticos, que a fin de cuentas también están persiguiendo anhelos individuales.
Recientemente las autoridades de la ciudad de México declararon que no podían hacer nada con los abusos que los partidos políticos estaban cometiendo en ponder mantas que incluso llegan a limitar la visibilidad para las señales de tránsito. Pero si a una empresa grande o pequeña, pero especialmente a las pequeñas que cuentan con poco apoyo legal, se le ocurre poner una manta, este es perseguido, multado y detenido.
Dice de Albornoz:
"Aún no me toca ver algo así en México, pero no estoy seguro de si hay alguna regulación acerca de utilizar las banquetas como espacios publicitarios, similar a la regulación con mantas en los puentes peatonales donde, además de que la manta es inmediatamente removida, si te cachan eres remitido a las autoridades"
Este tipo de preocupaciones por la legalidad está muy asociada con las prácticas de la "guerrilla marketing". En realidad si fueramos muy estrictos con el término a fin de cuentas es una táctica que ataca las estructuras vitales del enemigo para desestabilizarlo, mediante incursiones sorpresivas y escurridizas. Una táctica de guerrilla es difícilmente legal.
El problema es que a diferencia de un grupo revolucionario que se pueden ocultar en las montañas para huir de la autoridad, los ejecutores de la guerrilla marketing, por el contrario, lo que quieren es ser localizados, para ello hacen mercadotecnia. Independientemente de lo correcto o no del término "guerrilla", en realidad la legalidad es un tema en México que, como en muchos ámbitos, desmotiva la creatividad y el uso potencial de recursos alternativos. El problema no es que exista la regulación. Si somos civilizados tenemos que aceptar que haya normas superiores a nuestras expectativas individuales. El asunto es que esto sólo se le aplique a las empresas privadas y no a los políticos, que a fin de cuentas también están persiguiendo anhelos individuales.
Recientemente las autoridades de la ciudad de México declararon que no podían hacer nada con los abusos que los partidos políticos estaban cometiendo en ponder mantas que incluso llegan a limitar la visibilidad para las señales de tránsito. Pero si a una empresa grande o pequeña, pero especialmente a las pequeñas que cuentan con poco apoyo legal, se le ocurre poner una manta, este es perseguido, multado y detenido.