Plasticidad del cerebro determinante en la relación con la marca

Nuevos experimentos científicos ratifican que el cerebro continuamente se modifica en función de sus experiencias. Hasta hace poco tiempo se pensaba que las redes de conexiones neuronales del cerebro humano adulto permanecían fijas y que, una vez establecidas en los primeros años de la vida, no volvían a modificarse.

Pero nuevos y diversos avances científicos están demostrando que el cerebro adulto no es estático sino por el contrario es muy dinámico. En este terreno se encuentra los descubrimientos de los científicos de la Rockefeller University de Estados Unidos, Charles D. Gilbert, Arthur Ross y Janet Ross. Sus resultados han demostrado que el cerebro adulto se modifica continuamente como consecuencia de la experiencia.

”Experimentos realizados por Michael Merzenich y colaboradores mostraron que los mapas sensoriales y motores de la corteza cerebral (la representación somestésica y motora del cuerpo) pueden modificarse con la experiencia. (Por ejemplo) tras la amputación de miembros tiene lugar una reorganización de esos mapas en el humano adulto, confirmando la plasticidad de esas estructuras. Los experimentos de los científicos de la Rockefeller University vienen a confirmar una vez más lo ya conocido: que el cerebro del humano adulto es capaz de modificar las conexiones entre las células nerviosas como consecuencia de la experiencia.”, escribe Francisco Rubia



Estos descubrimientos nos indican que el cerebro se está modificando constantemente en función de las propias experiencias de los individuos, lo que significa que en ámbitos como la educación, la vida productiva y la publicidad nada está escrito de manera definitiva. Todos cambiamos constantemente creando y eliminando conexiones en nuestro cerebro para responder de manera más adaptada a la realidad.

En diversas ocasiones he resaltado la importancia de estos descubrimientos. Los avances en retórica, persuasión, nuevos medios y herramientas de la publicidad no se comparan con el impacto de la experiencia que tiene el individuo con la marca en una relación íntima y personal. Muchos productos y servicios pueden ser adquiridos por el impulso generado por un buen discurso persuasivo, o por la influencia de un líder de opinión en un proceso de recomendación de boca en boca, pero la experiencia del consumo del mismo será determinante para establecer una relación productiva entre los usuarios y las marcas.

Esta relación explica muy bien el fanatismo que propicia los productos Apple. La experiencia es positiva hasta por el sentido del tacto al tocar un producto Apple. Las grandes marcas de consumo lo saben muy bien.

Hace poco probé el servicio de garantía de Nokia, la cual no obstante su tamaño, me dio el servicio que me prometió, no tuve que ir a reclamar el servicio a lugares extraños y lejanos a mi domicilio y ni siquiera tuve que buscar la garantía. Sólo con dar mi número telefónico fue suficiente para que se me diera la garantía. Este caso de Nokia es interesante, pues aunque mi conciencia me indica reconocer el esfuerzo de este corporativo, pero mi niño interior no resiste la risa al recordar los intentos de un operador de Call Center ubicado en Argentina por explicar una dirección de la Ciudad de México. Este simple hecho hace que mi experiencia sea contradictoria. Hasta aquí la ésta está al borde de ser negativa, sólo bastaba un error adicional para que mi ánimo terminara por despotricar en contra de la marca

Este ejemplo podría mostrar como la experiencia de la marca con el consumidor no sólo es permanente, si no podría ser determinante. Adquirí un producto Nokia porque me gustaba, podría rechazarlo para siempre si el servicio de garantía no me hubiese satisfecho mis expectativas.

Empresas grandes como Nokia y Apple tiene cientos, quizá miles de talentos preocupados por esta experiencia con la marca. El reto es para los empresarios medianos que podrían pensar que con sólo vender basta.

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