No es necesario ser economista para entender que algo anda mal en la sociedad, si el gobierno del país más poderoso tiene problemas de deuda externa. Escribí sociedad y no economía porque los expertos siempre nos hacen sentir ignorantes cuando explican un asunto económico, de modo que las dudas se multiplican más que las respuestas.
Independientemente de lo que ocurra con el vaivén del momento, todo parece indicar que para los ciudadanos comunes no es una gran noticia que se haya aprobado el aumento de la deuda, pues estas discusiones nos han dejado en claro que los ricos no están dispuestos a pagar la deuda que los gobiernos se echan, entre otras monerías, para pagar lo que nadie quiere: gastos de salud, educación, pensiones y temas similares. Como buenos políticos, los gobiernos han preferido pedir prestado que explicarles a sus votantes que no hay dinero para ellos, por lo que mejor se endeudan y comprometen el futuro del siguiente gobernante, quien a su vez buscará hacer lo mismo. Las cifras son verdaderamente impresionantes, como se puede apreciar en las gráficas que se muestran en este sitio.
¿Y que podría significar esto para la gente que no es norteamericana pero depende de la economía de EUA? Desde mi punto de vista esto sin duda es el fin de uno de los sueños americanos, que nos vendieron las películas y las series de TV, con casas hermosas, calles y autos, viejos divirtiéndose en viajes de ensueño y servicios médicos de primera. Estados Unidos no será un gran estado para sus propios ciudadanos, mucho menos para los que no lo son.
Esto será sin duda un ejemplo a seguir en todo el mundo. Ya Europa tiene serios problemas por temas similares, los países de los siguientes mundos los tienen peores y no hay teoría o visión económica que pueda cambiar esta perspectiva, al menos entre los que están a cargo de las instituciones económicas.
Tengo serias dudas sobre si el sueño americano más importante, el original que planteó James Truslow Adams, sobreviva con estas noticias: “una tierra en la que la vida debe ser mejor y más rica y plena para todos, con oportunidades para cada uno de acuerdo a la capacidad o rendimiento”.
Sería bueno que un sueño así pudiera ser compartido por todos, sin lugar espacial o temporal fijo, me parece que con las nuevas tecnologías sería posible, pero tendríamos que descartar a los gobiernos en estos planes, cuando menos para alcanzarlos. Si un gobierno no te ayuda a alcanzar tus sueños, al menos que te los proteja con un estado de derecho. ¿O es acaso que Hegel fue un cínico al escribir su definición de “El Estado es la conciencia de un pueblo”?
De cualquier modo el mensaje está claro: debemos prepararnos porque el estado no podrá protegernos más en cuanto a la generación de buenos empleos, servicios médicos y pensiones. Es decir, habrá pocos empleos y los que haya tendrán cada vez menos prestaciones. Esto no debería de alarmarnos ni hay porqué rasgarnos las vestiduras, al final esta es la historia que ha acompañado a la humanidad en su mayor tiempo, vivimos un sueño del corporativismo que murió por su propio peso en los ochenta. El problema es que las expectativas viven demasiado tiempo en la conciencia social y no nos ayudan a prepararnos para un nuevo modo de vida.
Independientemente de lo que ocurra con el vaivén del momento, todo parece indicar que para los ciudadanos comunes no es una gran noticia que se haya aprobado el aumento de la deuda, pues estas discusiones nos han dejado en claro que los ricos no están dispuestos a pagar la deuda que los gobiernos se echan, entre otras monerías, para pagar lo que nadie quiere: gastos de salud, educación, pensiones y temas similares. Como buenos políticos, los gobiernos han preferido pedir prestado que explicarles a sus votantes que no hay dinero para ellos, por lo que mejor se endeudan y comprometen el futuro del siguiente gobernante, quien a su vez buscará hacer lo mismo. Las cifras son verdaderamente impresionantes, como se puede apreciar en las gráficas que se muestran en este sitio.
¿Y que podría significar esto para la gente que no es norteamericana pero depende de la economía de EUA? Desde mi punto de vista esto sin duda es el fin de uno de los sueños americanos, que nos vendieron las películas y las series de TV, con casas hermosas, calles y autos, viejos divirtiéndose en viajes de ensueño y servicios médicos de primera. Estados Unidos no será un gran estado para sus propios ciudadanos, mucho menos para los que no lo son.
Esto será sin duda un ejemplo a seguir en todo el mundo. Ya Europa tiene serios problemas por temas similares, los países de los siguientes mundos los tienen peores y no hay teoría o visión económica que pueda cambiar esta perspectiva, al menos entre los que están a cargo de las instituciones económicas.
Tengo serias dudas sobre si el sueño americano más importante, el original que planteó James Truslow Adams, sobreviva con estas noticias: “una tierra en la que la vida debe ser mejor y más rica y plena para todos, con oportunidades para cada uno de acuerdo a la capacidad o rendimiento”.
Sería bueno que un sueño así pudiera ser compartido por todos, sin lugar espacial o temporal fijo, me parece que con las nuevas tecnologías sería posible, pero tendríamos que descartar a los gobiernos en estos planes, cuando menos para alcanzarlos. Si un gobierno no te ayuda a alcanzar tus sueños, al menos que te los proteja con un estado de derecho. ¿O es acaso que Hegel fue un cínico al escribir su definición de “El Estado es la conciencia de un pueblo”?
De cualquier modo el mensaje está claro: debemos prepararnos porque el estado no podrá protegernos más en cuanto a la generación de buenos empleos, servicios médicos y pensiones. Es decir, habrá pocos empleos y los que haya tendrán cada vez menos prestaciones. Esto no debería de alarmarnos ni hay porqué rasgarnos las vestiduras, al final esta es la historia que ha acompañado a la humanidad en su mayor tiempo, vivimos un sueño del corporativismo que murió por su propio peso en los ochenta. El problema es que las expectativas viven demasiado tiempo en la conciencia social y no nos ayudan a prepararnos para un nuevo modo de vida.
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