La mercadotecnia entre lo privado y lo social




¿Desde el puno de vista ético es congruente promover el consumo en una sociedad que apenas tiene recursos para sobrevivir? Durante décadas, quizá siglos hemos aceptado que el consumo genera empleos y los empleos bienestar, además de que al consumir se satisfacen necesidades individuales, lográndose en apariencia un dinámico círculo virtuoso de crecimiento social y económico.

Pero cuando uno da un vistazo a la basura de los países no desarrollados, las cosas no son tan claras. Tampoco lo son cuando se ven los resultados en la salud de estas sociedades provocada en parte por alimentos industrializados vacíos de nutrientes y desbordantes en saborizantes y azúcares y también por  hábitos sedentarios en ciudades que desmotivan caminar, el uso de la bicicleta y hacer ejercicio.

Algo anda mal cuando la vida empieza a desgastarse en actividades rutinarias e incómodas: horas en transportarse, trabajos mal pagados que doblegan el espíritu,  cuando la mayoría de los niños –que pueden considerarse afortunados- crecen  en guarderías, ancianos pidiendo ayuda en las calles, sin protección social y en un esquema en donde el dinero es necesario para sobrevivir.

Bajo este panorama surge la pregunta ¿Se puede hacer algo diferente desde el punto de vista de la mercadotecnia aparte del promover el consumo suicida que estamos sufriendo?

La definición más aceptada de la mercadotecnia no lo exige,  ya que entiende que su papel de la mercadotecnia es útil para “crear, comunicar, liberar e intercambiar las ofertas que tengan valor para los clientes, los socios y para la sociedad en general”.

Incluso si nos atenemos al hecho de que hay la intención de crear valor para la sociedad, se puede afirmar que no es de la calidad  la mercadotecnia que promueve productos de consumo que afectan el medio ambiente.

También es válido hacer actividades que promuevan el valor para lo sociedad en primer lugar y desde luego para los clientes y los emprendedores. A todo mundo nos queda muy claro que el emprendimiento además de ser parte de la naturaleza humana ayuda al bienestar de la sociedad buscando siempre la satisfacción de nuevas necesidades.

El problema entones es que hay un límite entre la satisfacción de necesidades individuales y la pérdida de valor para la sociedad. Un límite que otros ámbitos sociales es muy claro, como en la convivencia, tu derechos individuales terminan donde empiezan los de los demás.

Los profesionales de la mercadotecnia están obligados a vigilar ese límite. No todo justifica el sueldo que se les paga. 

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