En Marketing para PYMES el retorno a lo básico es necesario

Es curioso que entre más herramientas de comunicación existen en el mundo, más dificultades tiene una empresa pequeña o mediana para darse a conocer.  Todo indica que las promesas de promocionarse gratuitamente en internet con talento, creatividad y sin dinero se han desdibujado totalmente. Los cambios que han ido implementando los gigantes como Google en buscadores y Facebook en su red social hacen que esta posibilidad exista solamente para aquellas empresas que hagan algo realmente extraordinario. Es posible que muchos gurús les sugieran a las empresas buscar ese mensaje extraordinario, pero mi punto de vista personal es que los empresarios deben enfocarse a la misión de su negocio y dejar de pensar en el virus marketing como el único camino para darse a conocer. Hoy por hoy el virus marketing se ha convertido en una especie de “santo grial” de la mercadotecnia digital. Para la gran mayoría de empresarios se sabe de su existencia, pero no se conoce dónde está.

Pero cuando hablo de retornar a lo básico no me refiero de ninguna manera pensar en los medios tradicionales. Tanto la prensa especializada y genérica, como la radio están dando claras señales de que su negocio va a la baja. Periódicos tan importantes como El Universal  muestran estas señales de debilidad al recurrir a anuncios invasivos imposibles de evitar y en la radio se corren noticias de que la nueva legislación fiscal está orillando a muchas empresas radiofónicas a cambiar el estatus de sus empleados a otras figuras de colaboración menos costosas. Sin duda los anunciantes se han convertido en el águila que devora el hígado de la figura  del periodismo encarnada un Prometeo derrotado que se atrevió a juzgar al poder máximo y pretendió convertirse en un cuarto poder.  El único sobreviviente de esta debacle es la televisión que se ha entremezclado con el poder de tal modo que ya no hay manera de distinguir entre uno y otro.

En todo este escenario de medios, una PYME no tiene mucho  espacio para crecer, no forma parte de una visión del mundo que es financiada por grandes y poderosas marcas y a los que les molesta un internet en donde la gente se comunique entre sí y pueda formar opiniones propias independientes.

¿Qué alternativas le quedan a una PYME entonces? EL retorno a lo básico. Es decir regresar a sí misma para recomponer y afianzar su camino. Hoy más que nunca son trascendentales aspectos como:


  • Autenticidad. Un negocio  no crecerá si  habla de  ofrecer excelencia en el servicio pero envía a un empleado que no practica esa doctrina e impone sus propias reglas. La credibilidad y la confianza es un activo intangible que se construye lentamente pero que puede desaparecer en instantes. La autenticidad genera confianza y la confianza recomendaciones
  • Imagen. ¿La recepción de su negocio es consistente con la imagen de sus folletos y de su página web? ¿Qué hay de sus vehículos? ¿La forma de contestar el teléfono?
  • Nicho. Este es el aspecto más importante a recuperar, reforzar o recrear. El negocio de una PYME siempre ha estado en un nicho, no en el mercado mundial. Los mismos promotores de la globalidad aconsejar pensar globalmente pero actuar localmente
  • Presencia. Olvídese de las modas. Si su público no está en las redes sociales, no son importantes para su estrategia de comunicación. Elija los canales de comunicación que realmente sean efectivos. Estos pueden ser desde la visita presencial hasta el uso de tecnologías avanzadas como Proximity Marketing o GeoMarketing.  
  •  Calidad Premium. Cualquier cosa que haga su empresa: servicios de limpieza, venta de antojitos, transporte, educación, venta de electrónicos, lo que sea, debe ser excelente. El margen no está en el ahorro de insumos sino en tener clientes satisfechos. Estos clientes retornarán y recomendarán a otros su empresa. La recomendación es la herramienta de promoción más poderosa de todos los tiempos y deberá ser la herramienta más importante en nuestra mente. ¿Cómo hacer que tus clientes hablen MUY bien de su negocio?
  • Inversión. Olvídese de las promesas de publicidad gratuita por medio de la prensa e internet. Todos apuntan a ese objetivo y muy pocos lo logran. Las probabilidades están en su contra y un empresario sabe que los riesgos deben calcularse, no es un juego de azar. Es momento de invertir y de hacerlo inteligentemente. Las propuestas de posicionamiento en internet o escuchar ciegamente a los promotores de publicidad en Google Y Bing no son buenas inversiones, como tampoco es adecuado creer ciegamente en cualquier vendedor que toque a su puerta. El negocio es suyo, la mezcla de publicidad también debe ser suya.


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