Las nueve reglas para el éxito



SelfPortraitMiyamoto Musashi
Miyamoto Musashi


He leído el Libro de los Cinco Anillos de Miyamoto Musashi en varias ocasiones y siempre tengo un nuevo aprendizaje. El autor fue un guerrero Samurái que vivió hace casi 500 años en el Japón feudal. Sostuvo decenas de combates a muerte, obviamente ganó todos pues al perder perdía la vida. A los 30 años sostuvo una duelo con uno de los Samurái más importantes de su época, al ganarle Miyamoto se volvió un ser mucho más espiritual, Intentó buscar la iluminación a través del camino de la espada

Hoy nos puede parecer un poco difícil de aceptar el espiritualismo en un guerrero especializado en matar, pero no lo saquemos del contexto y de la importancia que tenían el honor y las razones de lucha de estos hombres que no dudaban en suicidarse si cometían un error.

Gracias a la civilización las luchas de los guerreros son simbólicas, han cambiado las espadas por portafolios y teléfonos inteligentes, los campos de batalla ahora son virtuales zonas de negocios pero sigue existiendo la misma crueldad y se exige la misma inteligencia para tener la capacidad de adelantarse a los pasos del adversario, dominar las armas y ganar la batalla. La guerra continúa, sólo que ahora es en muchas ocasiones simbólica.

En este territorio de batalla virtual todos nos hemos vuelto mercenarios, luchamos por dinero, negociamos por dinero y en no pocas ocasiones traicionamos por dinero. Y todo mundo parece verlo bien. Sin embargo la historia nos ha mostrado que hay otras batallas que trascienden la pequeñez mental individual y alcanzan logros mucho más importantes que el poder y el dinero. Así es como la civilización humana ha prosperado.

En el contexto, en donde es más importante la misión que el pago las reglas del éxito son mucho más claras y exigen todo el talento,la educación y la concentración que una persona puede ofrecer. Estas son las reglas de que exige Miyamoto:

¿Cuantas de estas reglas somos realmente capaces de cumplir para cumplir con la misión que hemos hecho nuestra?

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