El verdadero liderazgo, dice la consultora Mary C. Schaefer, consiste en hablar menos y escuchar más. En no pocas ocasiones el mismo ejercicio del liderazgo hace que los que tienen estas responsabilidades pierdan su habilidad de escuchar y con ello las oportunidades de saber lo que ocurre con su equipo. Es obvio que un líder que se distancia de su equipo tarde o temprano se enfrentará al fracaso, por lo que es importante para cualquiera que tenga una responsabilidad de liderazgo hacer un esfuerzo para escuchar.
El líder por lo tanto tiene que prepararse emocionalmente para hablar con su equipo, para llegar con una actitud más de escucha que de expositor. Si pregunta más de lo que dice no sólo sabrá lo que su equipo está pensando, si no las posibilidades reales que lo que se acuerde fue lo suficientemente comprendido y aceptado para que se ejecute.
La función de liderazgo está prácticamente en cualquier parte, no sólo en las instituciones de trabajo. Ocurre con grupos de amigos, en el hogar, en el deporte. No obstante su omnipresencia, el liderazgo sólo se enseña en altas escuelas de administración, cuando en realidad debería de empezarse en la educación básica.
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