Un nuevo modo de vida requiere de innovaciones competitivas




Los directivos de empresas pequeñas o medianas pueden encontrar oportunidades de oro si están atentos a la evolución de las necesidades de sus clientes. Esto es así porque a menudo las innovaciones de las empresas que dominan los mercados se alejan de lo que el usuario requiere realmente o es capaz de utilizar.

Son innovaciones que hacen más sofisticados los productos con lo cual los precios se incrementan y por supuesto los márgenes de las empresas, pero no así la satisfacción del cliente. Un ejemplo muy claro es el correo directo cada vez más innovador en cuanto a creatividad y cualidades de impresión, pero más costoso para los clientes

Este alejamiento de las necesidades reales de los clientes, abre una oportunidad para que una nueva tecnología, diferente en sus cualidades pero precisa en la satisfacción de las necesidades del cliente, irrumpa en el mercado con éxito. En el ejemplo del correo directo su impacto se ha visto reducido por un producto intangible: el correo electrónico, cuya creatividad y calidad de diseño es mucho más limitada, pero que sus costos y capacidad de medición lo han convertido en el preferido de los clientes.

La convergencia tecnológica o por decirlo de otro modo, la invasión del mundo virtual en nuestras vidas cotidianas abre un mundo de posibilidades de innovaciones disruptivas (como las definió Clyton Christensen): Skype para las llamadas telefónicas, impresión virtual que sustituye la de papel, almacenamiento de documentos virtuales en lugar de físicos. Esta innovación disruptiva puede ser en servicios, Ixe, por ejemplo en sus inicios irrumpió al mercado con un concepto innovador del banco en su casa en donde la tecnología era la punta de lanza para clientes de clase media alta. ¿Y que decir de la venta electrónica de boletos, de las presentaciones virtuales de autos e incluso de visitas a museos? ¿Quién recuerda las agendas impresas?

Estamos viviendo un renacimiento de nuestro modo de vida en donde las innovaciones disruptivas crecen como hongos. ¿Cuál será la tuya?

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