Cuatro venenos de la mercadotecnia

No son todos, ni todos los sufren, pero es frecuente que me tope con alguno que otro “envenenado”, principalmente en el área BtoB:

Ignorancia. No es dañino no saber, sí lo es el no indagar o, al menos, preguntar. En un mundo tan dinámico, como el actual, es materialmente imposible saberlo todo, pero esto no es pretexto para no estar obligado a entender la evolución de las herramientas en su área de trabajo. Algunos mercadólogos creen que con lo que saben es suficiente para su trabajo y para descalificar a los demás, parece no darse cuenta que esa actitud es autodestructiva y aún más dañina para su empresa. Antídoto: curiosidad

Soberbia. Cuando se junta el primero con el segundo, el daño es casi mortal. Pero aun cuando el veneno de la soberbia se consuma solo, sus consecuencias son fatales. La mercadotecnia vive de la creatividad y el talento, pero ambos normalmente se agotan en los individuos. Por grande y poderosa que sea su empresa, el mercadólogo requiere de la más amplia gama de contactos que en un momento dado le ayuden a resolver necesidades específicas. Hace algunos años leí esta frase que me parece es un dicho popular en alguna región de Estados Unidos “Ningún rayo de sol es inútil en la cosecha del Señor”. Cometiendo un sacrilegio, modificaré la frase para nuestro contexto: Ningún recurso es inútil en la cosecha del mercadólogo”, pero para ello se requiere de humildad como antídoto

Candidez. Increíble, pero ocurre. El cinismo que impera en la actualidad no es suficiente para que muchos mercadólogos se “traguen” todo lo que les dicen o leen. En mercadotecnia la única autoridad se crea con el conocimiento del público objetivo, no hay dogmas, ni grandes visionarios. El mercadólogo no puede luchar contra la realidad que le presenta su público. Pero en esto también hay otra trampa, muchas veces se confunde –nuevamente con candidez- lo dominante con lo determinante y al entenderse esta diferencia se logra la genialidad y el éxito contundente. Antídoto: perspicacia.

Subjetividad. Un dulce veneno. No hay nada más autocomplaciente que buscar sujetos que confirmen nuestras ideas, sin importar que estas personas no representen el segmento al que nos queremos dirigir. A no pocos les basta que “todos” (compañeros, jefes y amigos) opinen positivamente para asegurarse a sí mismos que su genial idea funcionará. El antídoto no es –como podría pensarse la objetividad, pues ésta no existe- si lo es el valor de enfrentar nuestras ideas a quienes podrían desaprobarlas, particularmente aquellas que pertenecen al público al que nos dirigimos.

Comentarios

PosCorp dijo…
Tocas un punto por demás interesante, ya que estoy convencida que en el momento actual es imprescindible mantener un canal de reotralimentación permanente y sistemático con el público objetivo que es el verdadero destinatario denuestras acciones.
Hola Poscorp

Gracias por tu comentario. El seguimiento al público objetivo parece obvio, pero no lo es en nuestra cultura de herencia autoritaria, muy atenta a "lo que el jefe dice".

Muy interesante tu blog.

Saludos
invertosanchez dijo…
que ondon bato loco!!"
que buenos rollos te avientas bros,,
jajjaja

lo siento, es la emocion por que lea algo diferente, apuesto a que ya mucho que no escuchabas a un bato venenoso como yop,, jajaja,,

me gustò el articulo, soy estudiante de merca yla verdad,, esta chido tu blog, ME GUSTAN LOS TEMAS QUE ABORDAS generalmetne,

conoces a martin varsabsky? alomejor ya te recomendé su blog, pero esque no me canso de recomendar a la gente buena ,,, no te preocupes,, tambien tublog lo ando recomendando,, unpokitin,, jejeje,, saludos,
Hola Sancho Fatal

Si, hace rato que no sabía de tí, que buen que escribes y que me recomiendas.

Ya le eché un ojo al blog de Martin Varsabsky y está muy bueno e interesante, aunque me hizo sentir un poco apenado porque él sí sabe la diferencia entre un artículo tradicional y un post.

En fin, cosas del bog. Saludos