La velocidad con la que se mueven los gustos y preferencias en internet impone un reto respetable incluso a las empresas con mucha experiencia en su nicho de negocio. No obstante los años que han pasado es evidente que sólo algunas empresas han canalizado su misión de negocio a través de internet.
La inmensa mayoría han maquillado su participación con sitios informativos, algunos de ellos con aparatosas pero inútiles presentaciones en Flash.
Si bien es cierto que las ideas de los intelectuales empresariales de principios de década fueron bastante imprecisas, y algunas de ellas definitivamente erróneas, al avizorar el advenimiento de una economía digital; también es cierto que el avance del usuario de información por la red es cada vez más relevante. Los rangos entre el tipo de información consultada, las edades y los hábitos de entretenimiento crecen a favor de Internet y es altamente probable que no sean pocas las empresas que estén perdiendo negocio.
Pero el reto es definir cuál es el modelo de negocio que le podría funcionar a una empresa cuyo nacimiento es anterior a la era de internet.
Si l vemos desde la perspectiva de la mercadotecnia -como un conjunto de herramientas para comunicar y agregar valor al cliente-, no queda nada claro la forma en como los nuevos clientes, los nativos digitales, están recibiendo la nueva información: ¿la reciben a través de los comerciales y noticieros matutinos de la radio o a través de los comerciales y programas de televisión nocturnos? ¿Es a través de revistas, chats en la red, correos electrónicos o servicios de información de Google? ¿Sirven de algo los espectaculares para orientar las decisiones del público destinatario o es la recomendación de los líderes de opinión lo que es determinante?
Desde mi punto de vista, la respuesta a estas preguntas es relativamente importante. El hombre actual está sometido a mucha información por diversos medios y lo relevante es que la tenga, sin importar por cual medio le llega. En realidad es altamente posible que le llegue por diversos medios y que va construyendo su decisión en la medida en que va recibiendo la información adecuada.
La clave estaría en entender como es este proceso de conocimiento y toma de decisión, para poder entonces construir una estrategia que le permita a una marca, producto o servicio, estar presente en todo este proceso. Internet, sin duda juega un papel determinante en él
La inmensa mayoría han maquillado su participación con sitios informativos, algunos de ellos con aparatosas pero inútiles presentaciones en Flash.
Si bien es cierto que las ideas de los intelectuales empresariales de principios de década fueron bastante imprecisas, y algunas de ellas definitivamente erróneas, al avizorar el advenimiento de una economía digital; también es cierto que el avance del usuario de información por la red es cada vez más relevante. Los rangos entre el tipo de información consultada, las edades y los hábitos de entretenimiento crecen a favor de Internet y es altamente probable que no sean pocas las empresas que estén perdiendo negocio.
Pero el reto es definir cuál es el modelo de negocio que le podría funcionar a una empresa cuyo nacimiento es anterior a la era de internet.
Si l vemos desde la perspectiva de la mercadotecnia -como un conjunto de herramientas para comunicar y agregar valor al cliente-, no queda nada claro la forma en como los nuevos clientes, los nativos digitales, están recibiendo la nueva información: ¿la reciben a través de los comerciales y noticieros matutinos de la radio o a través de los comerciales y programas de televisión nocturnos? ¿Es a través de revistas, chats en la red, correos electrónicos o servicios de información de Google? ¿Sirven de algo los espectaculares para orientar las decisiones del público destinatario o es la recomendación de los líderes de opinión lo que es determinante?
Desde mi punto de vista, la respuesta a estas preguntas es relativamente importante. El hombre actual está sometido a mucha información por diversos medios y lo relevante es que la tenga, sin importar por cual medio le llega. En realidad es altamente posible que le llegue por diversos medios y que va construyendo su decisión en la medida en que va recibiendo la información adecuada.
La clave estaría en entender como es este proceso de conocimiento y toma de decisión, para poder entonces construir una estrategia que le permita a una marca, producto o servicio, estar presente en todo este proceso. Internet, sin duda juega un papel determinante en él
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