En mercadotecnia cuentan los resultados, no el discurso

Muchos mercadólogos caen en las propias trampas de lo que dicen, escribió hace algunos días John Jantsch de Duct Tape Marketing con mucha sabiduría. Desde esta perspectiva la mercadotecnia es como una nave de lujo cuyos placeres duran lo que el retorno de inversión tarda en mostrar la realidad cruel .

Entonces es cuando ocurren los despidos, si no fue posible echarle la culpa al área de ventas. Por regla general esto pasa cuando se aplican de forma rígida y universal las grandes reglas de la mercadotecnia y la publicidad o los viejos y aparentemente seguros conocimientos de la experiencia (engendrada en realidades económicas distintas y con perfiles no actualizados de los clientes).

El éxito de una campaña de mercadotecnia exige un análisis cuidadoso tanto de las fortalezas internas de la empresa, como de las oportunidades del mercado y las necesidades del cliente. O, si no se tiene ninguna de las tres, también se puede tener éxito cuando se tiene mucha, pero mucha, suerte.

Para evitar estos riesgos Jantsch recomienda los dueños de las PyMEs lo siguiente:

-Imaginarse quien es cliente ideal para su empresa y olvidarse del resto.
-Encontrar el modo de que su firma sea única y deje de copiar a los otros de su industria.
-Asegurarse de que sigue siendo un apasionado del negocio y orientado haca el trabajo


¿Interesante no?

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