Gutiérrez Vivó: periodismo y negocios

El ejercicio del periodismo, como cualquier otra actividad política, está sujeto a lo posible. Hay momentos políticos en los que se puede ser más polémico y crítico y otros en los que sólo se puede ser sutilmente rebelde y únicamente en temas específicos.

En este arte el polémico periodista Gutiérrez Vivó es un especialista y para los que lo hemos escuchado por años hemos sido testigos de que siempre se mueve en el filo de lo que es posible decir y lo que es mejor callar.

Según sus propias palabras ha vivido dos momentos en los que rebasó la barrera de lo que es posible decir y tocó lo prohibido. Uno de ellos fue cuando las explosiones de los ductos de combustible de Guadalajara y otro curiosamente en el sexenio de Fox, cuando la prensa ha gozado de mayor libertad de expresión. Este segundo episodio es particularmente propio de nuestra estructura política, pues ni siquiera fue algo que declaró él, si no López Obrador que aprovechó su presencia ante los micrófonos para anunciar su interés por la Presidencia de la República.

A decir de Gutiérrez Vivó esta declaración fue interpretada por las autoridades políticas como una indeseable inclinación hacia la izquierda y fue motivo para que los dueños de Radio Red le sacaran del aire unas horas después de esa entrevista con AMLO. Esto, se entiende, fue un buen pretexto para que los Aguirre, dueños de esta radiofónica, evitarán pagar los 255 millones de pesos a los que estaban obligados, en términos de los contratos que habían firmado entre Radio Red e Infored, la empresa del periodista. Gutiérrez Vivó sugirió que esto ha sido posible gracias al apoyo del expresidente Fox y Marta Sahagún, que no quisieron tocar los intereses de Radio Centro, corporativo al que pertenece Radio Red

Desde el punto de vista periodístico Gutiérrez Vivó ha creado una escuela que influye de manera importante en un tipo de periodismo en México que, estemos o no de acuerdo con lo que expresa, se atreve a criticar abiertamente a la política sin caer en posiciones partidistas, lo cual le asignará seguramente un lugar relevante en la historia del periodismo nacional

Sin embargo esta genialidad, no parece reflejarse en el mundo de los negocios. Se cuentan con pocos elementos de información pública para tener un juicio certero, pero por lo que se ve y se dice, todo parece indicar que la empresa Monitor se encuentra en un fuerte atolladero financiero. La periodista Katia D Artigues publicó la semana pasada que Infored (ahora Grupo Monitor) tiene una pérdida de 460 millones de pesos.

Esto se debe, por supuesto a que Grupo Monitor ha invertido en los últimos 3 años en un periódico de circulación nacional, una aventura en la frecuencia FM –que ya terminó-, otra en la Televisión de Paga y nuevos servicios que la empresa no deja de ofrecer a su público. Estas decisiones muestran el interés de esta empresa por estar en la vanguardia de la información y ganar más auditorio, pero también refleja que desde el punto de vista de los negocios se asumió un riesgo mal calculado.

Esperar financiar una inversión tan ambiciosa sólo con el pago de una deuda que se ha ido a tribunales no parece la decisión fría de un hombre de negocios, si no la de un apasionado periodista. Es fácil decir las cosas cuando todo ya pasó, pero indudablemente se podía prever que un escenario era que los deudores buscarían mil maneras para evitar, o al menos retrasar lo más posible, el pago y esto en las leyes mexicanas puede significar años, y quizá muchos. Y para este escenario un hombre de negocios habría tenido una medida contingente.

La democracia que se está construyendo en el país necesita de este tipo de periodismo y por ello es deseable que Grupo Monitor subsista a este enorme reto económico. A la empresa de Gutiérrez Vivó le urge un socio inversionista, no sólo para que traiga dinero fresco a este importante proyecto, si no para que le de una orientación de negocios a esta aventura periodística. ¿Habrá en México inversionistas interesados por rescatar un proyecto que alimente a la democracia, sin cortapisas para el periodismo? Quisiera creer que sí.

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