La influencia de un líder presidencial

Hay un aspecto del liderazgo de los presidentes del que últimamente se habla poco, pero que nunca ha dejado de tener importancia en su sociedad: su capacidad para influir en la conducta de los demás, particularmente en los que son líderes también:

Luis Echeverría del que se decía que trabajaba inagotablemente, propició en su administración que las jornadas de trabajo terminaran más allá de las 10 de la noche. López Portillo convirtió a los jefes en semidioses que reconocían la admiración y respeto que sus seguidores les brindaban. Salinas de Gortari propició que hasta en las oficinas más pequeñas el jefe debería de tener una maestría de una universidad estadounidense.

Desafortunadamente para los mexicanos, la influencia de Fox no es benigna. Su enseñazas son que se puede hablar sin escuchar y que ningún protocolo o formalismo importa. Ahora tenemos líderes necios que no les importa su propia imagen, ni lo que piensen los demás de ellos.

El mejor ejemplo se mostró ayer en el partido Pumas-Tigres, en donde los espectadores vimos a un árbitro más preocupado por que no insultaran a su madre, que por la imagen y respecto que un árbitro debe proyectar ante los jugadores y el público. Sin recato alguno amenazó a un jugador que no lo insultara con señas, repitiendo el mismo las señas ante cámaras de televisión y un estadio repleto de fanáticos.

Aunque parezca infantil, los ciudadanos nos inspiramos en nuestros líderes y tengo la esperanza de que Felipe Calderón esté consciente de esto, ya que en unas semanas más tendrá la oportunidad de restituir la imagen presidencial y con ella la de México ante el mundo y ante nosotros mismos. Es tiempo de reclamar un retorno a la dignidad.

Haciendo las ideologías y las preferencias políticas a un lado. No sería mala idea de que sus asesores le recordaran algunas estrategias de políticos anteriores que lograron que su sola presencia se convirtiera en un verdadero acontecimiento político.

Comentarios

Prox! dijo…
Creo que son casos muy diferentes. En los tiempos del pri se veía al presidente casi como a un dios. El poder legislativo también era casi en su mayoría priista y por lo tanto se hacía lo que el presidente en turno dictaba, mas que influencia yo creo que aún no nos dábamos cuenta que el presidente no era todo poderoso.
De Fox se ha hablado hasta el cansancio y en mayor parte por su culpa, pero no creo que su 'influencia' se vea reflejada en las actitudes de un árbitro de fútbol... La gente sin duda somos influenciables por las figuras públicas pero no podemos seguirles achacando nuestros errores todo el tiempo. En fin, eso solo mi opinión. Un saludo!
Hola Prox!

Quizá tengas razón, pero yo no puedo dejar de comparar a ambos con su actitud tan poco institucional y oorientada a temas personales.
Pero como dices, son sólo opiniones.

Saludos