Guerra simbólica: Como que extraño al PRI



Foto: Diario de Yucatán
Nunca pensé que en mi vida escribiría estas palabras, pero si, la verdad es que lo extraño. Pero que se no hagan ilusiones los neopriístas, porque del que siento su ausencia es el del lejano partido hegemónico, en donde cabían todas las fuerzas e ideologías políticas. Y sólo añoro una sola cosa: su manejo simbólico del poder.

Hoy está práctica, necesaria como cualquier rito , que da sentido a las estructuras invisibles de las sociedades, no se aprendió en las escuelas de los partidos. Nuestros políticos son como chamacos de secundaría cuyos maestros están en junta: nadie los controla y el caos es el factor dominante.

El terror de los panistas por lo que podría pasar el 1 de diciembre mueve a la risa. Como que todavía no se la creen que su presidente electo será un presidente en funciones a partir de esa fecha, se realice o no la ceremonia de transición del poder. Tanto los poderes fácticos internos y externos como el aparato legal ya lo reconocieron como tal ¿por qué tanto escándalo?

Con su respuestas tan ingenuamente amenazadoras, como su declaración de que utilizarán la fuerza de ser necesario, no hacen más que poner de nuevo en el escenario a AMLO, quien al menos hoy ya jaló de nuevo para su movimiento las luces de la televisión, los micrófonos de la radio, los tecleados de la prensa y –el colmo- las reflexiones de los sesudos analistas de derecha que no paran de criticarlo.

Si la nueva camada calderonista se decide a usar la fuerza pública, su líder empezará su mandato con un acto coercitivo que dará la vuelta por todo el mundo. Quisiera escribir que no lo creo, pero sólo puedo decir que no me lo puedo imaginar.

¿El PRI? En las mismas, cuando menos uno de sus más dignos representantes, Emilio Gamboa ya salió a declarar en el radio que tienen dos posibles escenarios para prevenir las amenazas hechas por el PRD

De la izquierda no quisiera ni hablar. Tanto la APPO como las fuerzas vivas del PRD no muestran señales de saber que los más de 100 millones de mexicanos vivimos en una sociedad capitalista. Lo cual significa que todos los que trabajan para la iniciativa privada, nos guste o no, tiene que generar utilidades para poder subsistir y que las marchas y la toma de las calles les afecta en lo más profundo de sus bolsillos y por lo tanto de sus sentimientos. Sobre todo si se toma en cuenta que el 99% de las empresas en México son PyMEs y contratan al 70% de la población con trabajo. Esto sin considerar al comercio informal que también está compuesto por emprendedores que tienen que vender todos los días para poder subsistir. ¿Después de tantos años en lucha la izquierda no ha encontrado otras formas más creativas de oponerse a sus enemigos?

A veces me pregunto si tanto las televisoras como el partido en el poder se ocupan con tanto detalle de su enemigo, porque es una forma de distraernos de los verdaderos problemas que la sociedad está afrontando. ¿No será una nueva modalidad de “Pan y Circo”?

Comentarios

danilú dijo…
Llegue a tu blog buscando "mercadotecnia social" pero en fin...
Creo que te cuesta trabajo entender algo que desconoces y por esa razón hablas así de la APPO y la Izquierda, creo que "la realidad" ni implica una inmersión absoluta o entrega total, no acepto ningún dogma y ser objetivos no implica abandorar la idea de que "lo que hay" es lo mejor o que no se puede cambiar o que no hay más, ser realistas no implica dejar el discurso en el que nos planteamos un cambio de lo real a lo mejor, que pena no poder ser más clara. Mi comentario no es para atacarte. Saludos.
Hola Anilú

Un movimiento social como la APPO tendría que aceptar críticas, si no, no sería mejor de "lo que hay"

Tienes razón: una utopía podría definirse como algo que aún no ha ocurrido en la realidad, lo que cual no significa que no vaya a ocurrir.

Saludos y gracias por tu comentario.
Chelius dijo…
Criticas parejas y con argumentos. Asi es como se debe llevar a cabo un debate o una discusion, puedo no estar deacuerdo con alguno de tus puntos, pero tienen fondo y se respetan, a diferencia de otros.