Relaciones Públicas sin credibildad



Los editores del Annual Edelman Trust Barometer deben ser sinceros cuando se ponen en un nivel de credibilidad de opinión abajo que la de los bloggers, cuya credibilidad de sus opiniones en torno a una empresa es también muy mala. Los directores y presidentes de las empresas también están en una muy mala posición, igual que los abogados y los sindicatos.

Estas cifras señalan que las gente está perdiendo confianza en las estrategias de comunicación de las empresas. El hecho de que el nivel de credibilidad de una persona de relaciones públicas se encuentre en penúltimo lugar es la evidencia más contundente de que los publirrelacionistas no están cumpliendo con una de las reglas básicas de su profesión: no mentir.

La presión excesiva por la rentabilidad inmediata que están sufriendo las empresas están distorsionando el papel de las instituciones y las profesiones, sobre todo las que se refieren a la aplicación de los procesos de comunicación para las empresas. El papel de promotor de relaciones con los públicos de interés se ha ido sustituyendo por el de cómplice para adornar las mentiras de las empresas y este abandono de principios cuesta caro, pues una vez perdida la confianza, es difícil, por no decir.

¿Qué le diría un publirrelacionista a un cliente cuando éste sufre una crisis de credibilidad? ¿Qué se pueden aconsejar a sí mismos estos expertos en resolver este tipo de tropiezos. ¿Un cambio de nombre de la profesión? ¿un cambio de principios de la profesión?

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