Hace años, muchos quizá más de veinte, había un movimiento artístico en el conocido barrio de Tepito de la Ciudad de México que se autodenominaba "Arte Acá" Uno de sus fundadores y promotores del movimiento me explicó en alguna ocasión que si los grandes y poderosos países privilegiaban a sus artístas de allá, ellos creaban el arte acá, el que estaba cercano a nuestro entorno: decoraban las viejas vencidades con ingeniosas pinturas inspiradas en el arte mural de fuerte tradición en el país.
La reflexión, a pesar de los años, tiene vitalidad. De hecho nunca la ha perdido. Lo que ocurre es que muchas veces preferimos copiar esquemas de otros países, con la esperanza de tener un éxito relativo. Hoy me enteré de que ya tenemos nuestra copia local de la página del millón de dólares, su nombre no es nada original: unmillondepesos.com y vende a un peso el pixel. Alex Tew creador de esta idea de vender páginas históricas menciona precismente en su sitio que esperaba muchos imitadores y que todos trabajarían en su favor. Y vaya que lo está logrando entre extorsionadores e imitadores, no se deja de hablar de su idea.
El problema es que no llevará a nada. Es decir, la historia ya se escribió. Si realmente quisieramos hacer historia, tendríamos que generar nuestras propias ideas acá. Y las hay. Este es un ejemplo Changarrito, ese pequeño genio financiero que todos llevamos dentro. O este otro: sobrevir-en-mexico. Quizá no logren el millón de pesos, pero si construyen historia y además son bastante divertidos.
El reto es el otro lado de la moneda: hacer dinero con nuestras propias originalidades. Y es donde tenemos que abrir nuestras mentes. Es interesante hablar de CRM, Business Intelligence y todas esas linduras tecnológicas. El problemas es que se emplean demasiados espacios para herramientas que sólo pueden ser aprovechadas por el 0.5% de las empresas en México. El resto no cuenta aún con los recursos económicos, pero sobre todo con el conocimiento para sacar provecho de las nuevas tecnologías y de los avances en la mercadotecnia.
La solución por supuesto no está en los extremos, sino en el balance entre la adopción de estos avances y la promoción de nuestras propias creaciones para darle la bienvenida a productos originales. Ese balance es lo que se definiría como el papel de la mercadotecnia alternativa para los de acá. Bueno, pongo en primer lugar a la mercadotecnia, porque aunque me molestaban los comentarios de mis antiguos jefes, creo que tenían razón: primero hay que traer recursos y luego hablamos de inversiones.
La reflexión, a pesar de los años, tiene vitalidad. De hecho nunca la ha perdido. Lo que ocurre es que muchas veces preferimos copiar esquemas de otros países, con la esperanza de tener un éxito relativo. Hoy me enteré de que ya tenemos nuestra copia local de la página del millón de dólares, su nombre no es nada original: unmillondepesos.com y vende a un peso el pixel. Alex Tew creador de esta idea de vender páginas históricas menciona precismente en su sitio que esperaba muchos imitadores y que todos trabajarían en su favor. Y vaya que lo está logrando entre extorsionadores e imitadores, no se deja de hablar de su idea.
El problema es que no llevará a nada. Es decir, la historia ya se escribió. Si realmente quisieramos hacer historia, tendríamos que generar nuestras propias ideas acá. Y las hay. Este es un ejemplo Changarrito, ese pequeño genio financiero que todos llevamos dentro. O este otro: sobrevir-en-mexico. Quizá no logren el millón de pesos, pero si construyen historia y además son bastante divertidos.
El reto es el otro lado de la moneda: hacer dinero con nuestras propias originalidades. Y es donde tenemos que abrir nuestras mentes. Es interesante hablar de CRM, Business Intelligence y todas esas linduras tecnológicas. El problemas es que se emplean demasiados espacios para herramientas que sólo pueden ser aprovechadas por el 0.5% de las empresas en México. El resto no cuenta aún con los recursos económicos, pero sobre todo con el conocimiento para sacar provecho de las nuevas tecnologías y de los avances en la mercadotecnia.
La solución por supuesto no está en los extremos, sino en el balance entre la adopción de estos avances y la promoción de nuestras propias creaciones para darle la bienvenida a productos originales. Ese balance es lo que se definiría como el papel de la mercadotecnia alternativa para los de acá. Bueno, pongo en primer lugar a la mercadotecnia, porque aunque me molestaban los comentarios de mis antiguos jefes, creo que tenían razón: primero hay que traer recursos y luego hablamos de inversiones.